Sostuvo dos combates formales con los indios ranqueles, que se
presentaban sobre el campo de batalla en grandes masas y se batían
valientemente.
El primero acaeció en la laguna de las Leñitas
donde los cordobeses con el coronel Reinafé a la cabeza se desbandaron y
huyeron cobardemente, dejando al general Ruiz Huidobro con su bravo regimiento
de "Auxiliares de los Andes", en lucha tenaz con tres mil indios
implacables.
Tan comprometido estuvo el regimiento que el general
mandó echar pie a tierra y formar cuadro, obteniendo una victoria
completa sobre los bárbaros que huyeron dejando un número
considerable de muertos.
A pesar de la deserción de las milicias cordobesas el
general Huidobro siguió su marcha avanzando hacia el Cuero; pero en las
Acollaradas fue detenido por otro ejército ranquel de más de tres
mil lanzas y se vio obligado a dar una desigual batalla.
Asimismo, se condujo con tanta pericia y con tal denuedo, que
obtuvo el más completo triunfo, haciendo al enemigo una enorme mortandad.
Se reconoció entre los indios muertos al famoso cacique Yanquetruz, que
mandaba en jefe a los indios ranqueles y que a la sazón era el más
temido y afamado en las fronteras del Oeste y del Norte. Murió
también allí otro cacique renombrado, Pichún, hijo de
Peini.