Rosas, alentado por supremas ambiciones e iluminado por aquella
sagacidad, que constituía uno de los rasgos prominentes de su
fisonomía moral, asumió en 1833, bajo la administración del
general D. Juan Ramón Balcarce, la responsabilidad de conducir las tropas
de Buenos Aires en la primera y única tentativa fundamental de trasladar
las fronteras al nuevo teatro, sobre las márgenes del río Negro,
operando al frente del ejército de Buenos Aires.
El movimiento que esta expedición produjo en el
país fue notable, y hasta los Estados más pobres y sin fronteras,
como La Rioja y Catamarca, se apresuraron a contribuir con armas, equipos,
soldados y dinero.
El mando del ejército expedicionario, se organizó
de esta manera:
General en jefe brigadier general D. Juan Facundo Quiroga.
División de la Izquierda, compuesta de las tropas de
Buenos Aires, brigadier general D. Juan Manuel de Rosas.
División del Centro, con las tropas de Córdoba,
general Don José Ruiz Huidobro.