El 14 de noviembre de 1780 oficia nuevamente el Virrey
encareciendo la ejecución de las instrucciones de 1779 y le recomienda
como principal objeto de la exploración, el reconocimiento de una
vía pluvial entre Mendoza y Río Negro, cuya existencia no
parecía dudosa, como se ha visto.
El 4 de mayo de 1781 el piloto Callejas zarpaba del río
Negro, a bordo del bergantín Nuestra Señora de Belén,
comisionado por Viedma para exponer de viva voz al Virrey de Buenos Aires, la
falta de elementos para internarse por el río Negro, los que era
necesario adquirir y enviar al Carmen para dar cima a tan osada empresa como es
la de hallar el pasaje al reino de Chile, aprovechando la primavera inmediata,
para la cual pide el pronto regreso de aquel piloto.
Desde 1781 a 1782 el tiempo fue empleado en acopiar elementos.
Viedma pidió 30 hombres a Montevideo para agregar a los 60 que ya
tenía disponibles; pero no logró obtener aquel valioso
contingente.