El frío era espantoso y la falta de vestuarios
hacía más terrible su acción sobre aquellos abnegados
soldados.
Las fuerzas del general Pacheco hicieron diversas batidas en la
isla de Choele-Choel, acuchillando a las inmensas indiadas que se habían
refugiado allí, arreadas por el empuje de la Expedición y creyendo
que aquel pedazo de territorio era inexpugnable.
Con esos indios había gran número de chusma de
otras tribus, que había dejado allí el afamado cacique Chocory,
mientras que él, con sus indios de lanza, había quedado en acecho
en la pampa, para caer por retaguardia sobre los expedicionarios; lo que no pudo
realizar, porque fue acuchillado y perseguido a tiempo, sucumbiendo él
con todos sus indios de pelea.
Al cacique Chocory se le encontró sobre sus carnes una
rica cota de malla, que fue traída al museo de esta ciudad, con otros
objetos curiosos recogidos en aquella expedición.