-¿ Cómo está? -preguntó, haciendo el tono serio y con leve fruncimiento de cejas.
-Ahora duerme -respondió Ella, en voz baja, y con acento dolorido. - Esto es terrible, doctor. ¡Esto es terrible!
-No se angustie usted, señora. Es un Mal facilísimo de curar; el
"más fácil" de todos. Con los remedios que le hemos aplicado esta mañana, dentro de diez días lo tendrá usted de pie, sano y contento. -Y sonrió.
-¿Así lo cree usted, doctor?
¿Y esas manchas en la cara? ¿Y esos dolores que dice que siente en los huesos y aquí? -y con su mano de dedos largos y nevados se tocó el cráneo, cerca de la nuca, haciendo un gesto atormentado.