Allá, en el fondo de las florestas
del "Fundo" lejano; lejos de los convencionalismos hipócritas; entre los saucedales sombríos y lujuriosos, a la orilla del riachuelo coronado de espumas, que deslizaba sus murmullos entre los mimbres y los juncales en flor; por las alamedas altas y desiertas, pobladas por música de alas y música de trinos; por las campiñas de trébol aromoso y verde; bajo los viejos robles del jardín lleno de rosas y azucenas. A la hora de la siesta ardorosa, tendidos sobre el césped; entre la pompa, de los crepúsculos radiantes y bajo las noches estrelladas y profundamente azules. Noches provocativas...
Cuando ella se sentaba sobre sus rodillas,
y así, muy ceñida a El, confundiéndose los alientos, sentía la fiebre de sus besos; besos nuevos que nunca había soñado y que la hacían vibrar en una intensa llamarada de deseo; besos que serpeaban sobre su cuello, sobre su seno, sobre sus párpados, sobre su boca, entre confusión de frases dichas al oído, frases rotas, quebradas por la pasión. Frases siempre oídas pero siempre nuevas...