https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Diálogos argelinos" de José María Blanco White (página 3) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Domingo 05 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  (3)  4  5  6  7  8  9  10  11  12  13  14  15  16  17  18  19  20  21 
 

Ar.- Dos tengo yo. El primero, que habiendo por circunstancias extraordinarias que aquí no son del caso, estudiado perfectamente el sistema de revelación, y examinado con mucha detención vuestra teología, está de más en mí toda disputa y toda ilustración que venga de fuera. Dejemos, pues, esto a la gracia. El segundo es que estoy prevenido contra todo eclesiástico, y con fundamento; porque hombres que son ciegos para sus propios intereses, no podrán ser muy Argos tratándose de los ajenos. Por tanto será mejor que yo os agradezca vuestros buenos deseos, y descansemos por ahora.

Ecl.- No trato de molestar, ni me persuado pueda daros más conocimientos que los que decís tenéis sobre la religión, puesto que aseguráis el estudio profundo que de ella habéis hecho; mas esa ceguedad de que nos culpáis a todos los eclesiásticos, no puede menos de llamarme mucho la atención.

Ar.- Para satisfacer esa curiosidad sería necesario entrar en cuestión, y no habiendo yo aceptado la que me proponíais, no es justo que os provoque a otra.

Ecl.- Pero notad que hay una gran diferencia, porque yo acepto la vuestra con muy buena voluntad. Deseo oíros. El modo en que habláis nuestra lengua; lo que me decís del estudio que habéis hecho de nuestros sistemas teológicos, el modo de raciocinar que advierto en vos, tan diverso de lo que promete esa cimitarra y turbante, todo exalta mi curiosidad en extremo. Hablad pues, y no me creáis capaz de resentirme de vuestros argumentos, sean cuales fueren, con tal que como espero de vuestros modales, sean razones y no burlas.

Ar.- Estad seguro de eso, y con tal que por más que os admire lo que oigáis y veáis en mí, nada preguntéis sobre mi historia, yo entraré en la discusión con mucho gusto.

Ecl.- Yo os lo prometo. Empecemos, pues, y decidme qué ceguedad es de la que habláis.

Ar.- ¿No os es gravoso el celibato?

Ecl.- Suponed por un instante que sí, y continuad.

Ar.- ¿Y quién os ha impuesto ese yugo?

Ecl.- ¿Quién puede dudarlo? La religión, la Iglesia, nosotros mismos. Cuando digo la religión, hablo del Nuevo Testamento, porque el Viejo para nada viene al caso en esta materia.

Ar.- Ya lo supongo. Pero en el Nuevo Testamento ¿dónde está ese precepto? Porque yo leo en San Pablo: De virginibus praeceptum Domini non habeo; consilium autem do.

Ecl.- Ya lo habéis respondido: es un consejo; y así no entiendo a qué viene el preguntar dónde se halla el precepto.

Ar.- Según eso observáis el celibato como un consejo.

Ecl.- ¿Quién lo duda?

Ar.- Podéis, pues, dejarle de observar cuando os parezca, y seréis solamente imperfectos por esta inobservancia.

Ecl.- No, porque lo observamos por voto, o por ley y de consiguiente, la transgresión es un crimen.

 
Páginas 1  2  (3)  4  5  6  7  8  9  10  11  12  13  14  15  16  17  18  19  20  21 
 
 
Consiga Diálogos argelinos de José María Blanco White en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Diálogos argelinos de José María Blanco White   Diálogos argelinos
de José María Blanco White

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com