En la masonería militaron Sarmiento y sus adversarios
políticos, José Hernández y Olegario V. Andrade; Carlos Pellegrini y Leandro N.
Alem; el socialista marxista Salvador Allende y el conservador Jorge Alessandri,
y así podría agregar muchos otros casos de contradictores políticos. Sobre la
cuestión me he referido en el libro anterior. En este trabajo analizo el
pensamiento del historiador Lascano y su reivindicación de Rosas. El gobernador
bonaerense, que fue un antimasón convencido, estuvo, sin embargo, rodeado por
masones: Pedro de Angelis, Manuel Moreno -el hermano del prócer Mariano-, Tomás
Guido, Bernardo de Irigoyen, Vicente López y Planes y muchos otros. Rosas envió
como diplomático al extranjero al masón Carlos María de Alvear. No lo sabía o se
hacía el distraído. La obra de Lascano no reivindica la dictadura del
palo, sino que se inserta en la tradición revisionista de historiadores
masones que discreparon con la interpretación histórica de Mitre y de López; me
refiero a Adolfo Saldías, Antonio Zinny, David Peña. ¿Qué dirían los rosistas y
los antirrosistas actuales sobre el coronel Lucio N. Mansilla, el héroe de
Vuelta de Obligado, fundador de la "Logia Jorge Washington" de Concepción del
Uruguay? Guido fue "apostólico", es decir, rosista neto y, caído el dictador, la
Gran Logia le confirió el Grado 33, cuyo diploma hoy está celosamente guardado
en el Archivo General de la Nación.
El propio Mitre trató de reivindicar a De Angelis y a Guido. Al
primero lo trajo del exilio desde Brasil y lo integró al mundo cultural y
científico posterior al rosismo. Otro tanto hizo con Guido, general de la
Independencia y compañero de José de San Martín. Con Mansilla padre tuvo que
demorar su retorno hasta que pasaran varios años por la razón de que la mujer
del coronel era la hermana de Juan Manuel de Rosas. José Roque Pérez, primero
dorreguista y después urquicista, que fue el fundador de la Gran Logia
argentina, en 1857, había sido funcionario de Rosas, y estaba casado en segundas
nupcias con la hija del ministro Felipe Arana. La historia real es más compleja
de lo que parece.
Las fuentes
Para el primer tomo tuve acceso a los Archivos de la Gran Logia
y del Supremo Consejo del Grado 33, en mi calidad de periodista. Están abiertos
hasta 1957. Sólo pude usar menos del diez por ciento de los materiales. Se
necesitaría un equipo de veinte investigadores que conozcan mucho la historia
argentina para analizar los tres mil o más libros de actas de las logias y el
resto de papeles, documentos, libros y revistas, argentinos y extranjeros. Para
este segundo tomo reconozco que he logrado una mejor preparación y he tenido
acceso a nueva bibliografía, especialmente francesa, gracias a la Librería
Hachette. Posee un catálogo de cerca de cuatrocientos títulos sobre masonería y
un centenar sobre el metafísico René Guénon y el denominado pensamiento
hermético. Otro tanto ocurre con la Oficina del Libro Francés.