Los archivos de la masonería belga
Por su parte, la periodista Graciela Iglesias, en su nota "San
Martín enigmático viajero en Europa", escrita para La Nación Revista del
13 de agosto de 2000, desde Banff, Escocia, ha reconstruido la estrecha relación
del Libertador con el dirigente masón londinense, James Duff, IV conde de Fife,
que fue quien arregló todos los pasos para que San Martín y otros complotados
llegaran a América en 1812 y, luego, cuando el Libertador partió al ostracismo,
mantuvo con él una estrecha amistad reuniéndose ambos en la Duff House. La
periodista rastreó en los diarios londinenses que registraron esa relación,
especialmente el periódico Aberdeen Journal del 25 de agosto de 1824 y
los elogiosos comentarios periodísticos, hacia el Libertador, del capitán Basil
Hall, en el Edinburgh Magazine. Otra fuente documental es la
correspondencia privada de Duff donde exalta los méritos de su amigo y
cofrade.
La relación entre el Libertador y Duff se mantuvo durante toda
la guerra de la Independencia, y se retomó personalmente cuando San Martín
volvió a Europa. Pero la periodista consigna una interesante información a
propósito de San Martín y la masonería. Dice textualmente:
Archivos de la masonería belga rescatados recientemente de las
manos de la KGB contienen correspondencia con masones argentinos desde
principios del siglo XIX hasta 1913 y servirían para echar luz sobre muchos de
los misterios que abundan acerca del período de construcción de nuestro
país.
La información sirvió para desterrar toda duda sobre la
membresía del general San Martín a la masonería. La riqueza de los archivos,
conocidos como Fonds 114-OSOBY (Archivos Secretos de Bélgica), es superior a lo
que en un principio se creía.
"Es un legado francamente precioso -sostuvo el doctor en
historia Philippe Raxhon, profesor de la Universidad de Liège-. Contiene toda la
correspondencia que mantuvieron las logias belgas con sus pares de Lima entre
1830 y 1910, con las logias de Buenos Aires entre 1850 y 1913, los reportes de
las reuniones de la Gran Logia de Oriente de Bruselas y, más precisamente los de
'La Perfecta Amistad' (La Parfaite Amitié), a la que estaba asociado San Martín, desde 1817 hasta 15
años después de su muerte".
Y ésta podría ser la punta del iceberg por cuanto sus 2.265 carpetas, actualmente en el
depósito del Centro de Estudios Religiosos y de la Laicidad de la Universidad
Libre de Bruselas, aún no han sido clasificadas analíticamente. "Existe un
inventario, pero es escueto y bastante aleatorio, lo que permite creer que hay
mucho más de lo que figura a simple vista", destacó Raxhon.
El libro El general San Martín en Bélgica, un destino, una
época contiene las ponencias de 16 expertos de Bélgica, Francia, Gran Bretaña
y de nuestro país sobre el período de exilio del Libertador. Fue impreso en una
tirada de 500 ejemplares por nuestra Biblioteca Nacional como primer resultado
de un acuerdo de cooperación firmado con la Biblioteca Real de Bélgica en julio
del año último. En su presentación, presidida por el embajador argentino Eduardo
Airaldi, el director de la Biblioteca Real, Pierre Cockshaw, mostró una medalla
de plomo bañada en plata de la "Logia La Perfecta Amistad", con el perfil del
general San Martín, que indica: "Construída en Oro de Bruselas el 7 de julio
5807 al general San Martín 5825". El significado de los números es un
enigma.