Esto es lo absurdo de la fe. La fe es absurda. Quieres tener
certeza de que: "Puedo llegar a ser un sannyasin, puedo renunciar a todo, estoy
listo para morir; pero ¿cuál es la garantía de que cuando la semilla ya no sea,
aparezca el árbol?" ¿Quién puede darte la garantía y cómo puede ser dada? Y aún
si se da la garantía, la semilla a quien se le dio la garantía no estará
presente. ¿Y qué garantía puede demostrar a la semilla que cuando ya no esté
ahí, el árbol estará en su lugar? Ninguna garantía es posible.
Por eso es que la fe es absurda: creer en aquello en lo cual no
se puede creer es el significado de la fe -creer en aquello que no puede ser
creído; no hay manera de creerlo pero aún lo crees. La semilla muere en profunda
confianza; el árbol nace. Pero una tierra preparada es necesaria, un terreno
apropiado es necesario. Todo el discipulado es sólo para llegar a ser un terreno
preparado.
"...produce un gran árbol y llega a ser refugio para todos los
pájaros del cielo ".
Y cuando tu árbol realmente ha crecido, cuando se ha convertido
en un "árbol búdico", entonces millones de aves que están en búsqueda vienen y
toman refugio. Bajo Jesús, muchas "aves del cielo" toman refugio; bajo Buddha,
muchas "aves del cielo" toman refugio. Aquellos que están en búsqueda de lo más
profundo, para ellos ese árbol -el "árbol búdico", el "árbol crístico"- se
vuelve un refugio y ahí podrán sentir el palpitar de lo desconocido. Ahí podrán
confiar, ahí podrán llegar a la comprensión de lo desconocido y ahí podrán dar
el salto.
El reino de los cielos es como la semilla de mostaza... Tú eres
el reino de los cielos, tú eres como la semilla de mostaza. Estate listo a
morir, ¡prepárate para tu muerte!
Por supuesto, temblarás de miedo y aprensión. El salto va a ser
difícil. Muchas veces podrás regresar, muchas veces llegarás al mismo borde y
voltearás y escaparás, porque hay un abismo. La semilla sólo puede conocer el
abismo, la semilla no puede conocer el árbol; no hay manera para que la semilla
pueda ser testigo de la germinación del árbol; no hay manera. La semilla tiene
que morir y creer en lo desconocido -que eso sucederá.
Si estás listo a morir, sucederá. Anda y siembra las semillas
en la tierra: cuando el árbol haya salido entonces excava la tierra y ve dónde
está la semilla; ha desaparecido, ya no está ahí. Anda y excava en un Buddha, en
un Jesús -no encontrarás al hombre, a la semilla. Esto es el significado de que
Jesús es el hijo de Dios, ya no más hijo de José el carpintero. Porque la
semilla salió de José el carpintero y de María, y ahora la semilla ha
desaparecido, la cáscara ha desaparecido -y este árbol nunca vino de lo visible,
es de lo invisible.