La Semilla de Mostaza
as relaciones humanas han cambiado muchísimo y han cambiado a
algo peor. En todas las dimensiones las relaciones más profundas han
desaparecido: la esposa ya no es más una esposa, sino una simple enamorada; el
esposo ya no es más un esposo, sino un simple enamorado. La amistad es buena
pero no puede ser muy profunda. El matrimonio es algo que sucede en profundidad.
Es un compromiso en profundidad, y a menos que tú te comprometas, permanecerás
hueco. A menos que te comprometas, nunca darás el salto.
Puedes flotar en la superficie, pero las profundidades no son
para ti. Por supuesto, ir a las profundidades es peligroso -tiene que ser así,
porque en la superficie eres muy eficiente. En la superficie puedes trabajar
como un autómata, no es necesaria la consciencia. Pero cuanto más penetres en la
profundidad, tendrás que estar más y más alerta, porque en cada momento la
muerte es posible. El miedo a la profundidad ha creado una superficialidad en
todas las relaciones, las cuales se han vuelto juveniles.
Un enamorado o una enamorada puede ser una diversión, pero no
puede llegar a ser la puerta a lo más profundo que está escondido en todos y
cada uno. Con una enamorada puedes relacionarte sexualmente; pero el amor no
puede crecer, el amor necesita raíces profundas. La sexualidad es posible en la
superficie, pero la sexualidad es sólo algo animal, biológico. Puede ser bello
si es parte de un amor más profundo, y si no es parte de un amor más profundo,
es la cosa más horrible posible, la más fea; porque entonces no hay comunión
-simplemente se tocan y se separan. Solamente los cuerpos se encuentran, pero no
ustedes -no yo, no tú. Esto ha sucedido en todas las relaciones.
Pero la relación más grande ha desaparecido completamente, y la
relación más grande es aquella entre un Maestro y un discípulo. No serás capaz
de entender a Jesús si no puedes entender la dimensión de esa relación que
existe entre un Maestro y sus discípulos. Eso ha desaparecido completamente. A
la esposa se le reemplaza por una enamorada, al esposo se le reemplaza por un
enamorado; pero la relación que existe entre el Maestro y el discípulo ha
desaparecido completamente. O tal relación ha sido reemplazada por algo que es
precisamente lo contrario, la relación que existe entre un psiquiatra y su
paciente.