¿Qué más puedes hacer? Puedes sembrar la semilla y esperar y
soñar, y esperar y orar. ¿Qué más puedes hacer? Entonces repentinamente un día,
una mañana, despertarás y la semilla se ha convertido en algo nuevo, los
germinados han brotado de la tierra. Ahora la semilla ya no es más una semilla
-se está convirtiendo en un árbol. Está floreciendo.
¿Qué sucede cuando una semilla se convierte en árbol? Eso
también se convierte en parte de la parábola. La semilla tiene que morir -sólo
entonces puede convertirse en árbol. Dios ha muerto en el universo; no puede
permanecer aparte, está en el universo, está disuelto en él. Por eso es que no
puedes encontrar a Dios. Vas a los Himalayas, a la Meca, a Kashi, o a cualquier
parte que quieras: no lo encontrarás en ninguna parte, porque él está aquí, ¡en
todas partes! -así como la semilla está ahora en todo el árbol. No puedes
encontrar la semilla; la semilla ha muerto en el árbol y se ha convertido en el
árbol. El Dios ha muerto en este universo, en esta existencia, y se ha
convertido en el cosmos.
El no es algo separado. No es como un carpintero que hace algo
y permanece separado; eso no es posible. Es como una semilla: el árbol crece de
ella, pero entonces, ella desaparece en el árbol. Podrás encontrar de nuevo a
Dios sólo cuando este árbol desaparezca.
Los hindúes han venido diciendo que puedes encontrar a Dios -al
principio de la creación, o que lo puedes encontrar al final de la creación. Al
principio, cuando el mundo no existía, la semilla estaba ahí, pero tú no
estabais presente -porque tú eres parte del árbol, tú eres las hojas del árbol.
O él estará en pralaya cuando todo el mundo se disuelva, cuando el árbol llegue
a envejecer y muera. Y esto es lo que está sucediendo con todo árbol: cuando el
árbol envejece brotan nuevas semillas de nuevo, millones de semillas.
En pralaya encontrarás millones de dioses de nuevo, pero
entonces tú no estarás presente, ése es el problema. Sólo hay una manera de
encontrar a Dios: si lo puedes encontrar aquí y ahora en cada hoja, sólo
entonces podrás encontrarlo. Si estás buscando una imagen en particular, un
Krishna, o un Rama, entonces no lo encontrarás. Ellos también son hojas -por
supuesto más bellas, más vivas, más verdes, porque ellos han realizado a Dios,
que está en todo.
Cuando Jesús dice: "El reino de los cielos es como la semilla
de mostaza", está diciendo millones de cosas. Eso es la belleza de una parábola;
no dices nada, no dices mucho y dices muchas cosas. Cuando la semilla muere, el
universo está ahí; cuando la semilla muere, el árbol está ahí. Este es el reino
de Dios; aquí está el reino de los cielos. Y si lo estás buscando en alguna otra
parte, estás buscando en vano. Si quieres estar en el reino de Dios, tú también
vuélvete como una semilla y muere: repentinamente el árbol estará ahí. Ya no más
estás tú; está Dios. Nunca encontrarás a Dios si tú eres. Dios no está ahí
porque la semilla está. Cuando tú desaparezcas, Dios estará ahí; así que
realmente no hay un encuentro.