Si engañas, no puedes ser libre y fluido. Estarás estancado con
tu engaño. Por lo tanto, no digo que las mentiras sean malas porque hagan daño a
los demás -no. Son malas porque perderás tu propia gracia. Los engaños no son
malos porque engañes a los demás; son malos porque perturbarán tu flujo, y no
estarás fluyendo. Te empezarás a helar. Estarás estancado, muerto, en muchos
puntos. Tendrás bloqueos en tu ser.
Mira un niño. Cada niño tiene gracia. Y después, ¿dónde
desaparece la gracia? Si cada niño trae gracia al mundo, ¿en dónde desaparece?
Poco a poco esta se desvanece, y entonces todos se vuelven feos y sin gracia.
Muy rara vez encontramos a alguien que sea capaz de ser tan agraciado como lo
era cuando niño. ¿Qué sucede? Por que un niño es agraciado?
Has visto a algún niño del que puedas decir que es feo? No, eso
no existe. Un niño feo, imposible. Todos los niños son bellos,
incondicionalmente hermosos. Están fluyendo, y son verdaderos. Cuando quieren
llorar, lloran; cuando quieren reír, ríen. Cuando están furiosos, están
furiosos; cuando están amorosos, están amorosos. Son verdaderos en cada momento,
nunca engañan.
Pero pronto aprenden la política. Pronto aprenderán que: "A
mama le gusta que yo sonría. Si sonrío es más fácil persuadirla, es más fácil
manipularla". ¡Un niñito se esta convirtiendo en un político! El espera. Puede
estar furioso por dentro, pero cuando la madre se acerca sonríe, porque esa es
la única manera de conseguir el helado. Ahora la sonrisa es falsa, y una sonrisa
falsa es fea, porque el ser total no esta implicado en ella; es algo pintado
desde afuera. Y luego, más y más cosas serán pintadas, más y más personalidades
se juntaran, y la esencia se perderá. Así te vuelves feo. La verdad y la gracia
van siempre unidas. La verdad es gracia, y la gracia es verdad.