Sea como sea el mundo, la gente siempre creará preguntas. Por
lo tanto, aquellos que saben, dejan la mente de lado y aceptan el mundo. Y sólo
hay dos caminos: aceptar la mente y estar contra el mundo o aceptar el mundo y
arrojar la mente. Esta es la única manera en que son las cosas y como pueden
ser, y no hay nadie a quien te puedas quejar, ni nadie que pueda escuchar tus
quejas y mejorar algo. Dios es creatividad, no un Creador.
Todas las cosas fueron hechas por El -¡en realidad, todas
las cosas son hechas de El, no por El! Y sin El no se ha hecho
cosa alguna de cuantas han sido hechas. Y no solamente en el pasado;
aun ahora, siempre que algo es creado El es el creador, tu eres sólo el
instrumento.
Pintas un cuando o escribes una canción. ¿Qué crees: que eres
el creador? En el momento de profunda creatividad desapareces, Dios entra
nuevamente en escena. Por lo tanto, no es una cuestión del pasado. Dondequiera y
cuandoquiera que la creatividad se presenta, es siempre a través de El. Pregunta
a todos los grandes poetas. Dirán que siempre que los grandes poemas descienden
sobre ellos, eran, a lo más, receptores pasivos. Sucedió; ellos no fueron los
creadores.
La idea de que puedes crear es simplemente tu ilusión. Toda la
creatividad Le pertenece. Aún a través de ti, todo lo que es creado, El lo crea.
Comprender esto es un gran esclarecimiento. Al entender esto, el ego desaparece;
comprender esto es permitirle a El tomar total posesión de ti. Te conviertes en
un instrumento, y de pequeñas cosas, grandes cosas llegan a ser posibles.
Entonces El se mueve a través de ti. Si tu danzas, El danza. A lo más, eres el
terreno donde El danza. Cuando cantas, El Tanta. A lo más tu eres la flauta, la
flauta vacía que se vuelve un canal para ello. A lo más, tu puedes permitir -es
siempre El quien esta haciendo las cosas.
A esto me refiero cuando digo "flota", cuando digo "fluye con
el río". Permite que Su creatividad fluya a través de ti. No impongas ningún
patrón sobre El; no impongas tu voluntad. Si puedes permitirte a ti mismo estar
totalmente poseído, no hay sufrimiento, y dejas de ser un ser humano. El Jesús
que hay dentro de ti se ha convertido en Cristo en el instante mismo en que
permites la posesión total. Desaparece entonces el Jesús y aparece el
Cristo.