Escena XXI
Podkolésin (solo).
Podkolésin: En realidad... ¿qué he sido hasta ahora? ¿Comprendía acaso el sentido de la vida? No, no lo comprendía, no comprendía nada. ¿Qué fue mi vida de soltero? ¿Qué era yo, qué hacía? Vivía, vivía, prestaba servicios en la administración pública, iba a la oficina, comía, dormía... en una palabra, era el hombre más vacío y vulgar del mundo. Sólo ahora advierto la estupidez de los que no se casan; y, si bien se mira... ¡cuántos son los hombres sumidos en esa ceguera! Si yo fuera rey de algún país, daría orden de que se casaran todas mis súbditos, positivamente todos, de que no quedara en el reino un solo soltero. Realmente... ¡Cuando pienso que, dentro de unos minutos, seré un hombre casado! De pronto, uno podrá saborear esa felicidad que sólo se conoce en los cuentos de hadas, ¡una felicidad indecible, inexpresable! (Breve pausa). Con todo eso, cuando uno lo piensa bien, siente miedo. Hay que ligarse para toda la vida, para siempre y luego no hay modo de liberarse ni de arrepentirse... nada, nada... todo está terminado, todo está hecho. Ahora mismo, ya no es posible retroceder un minuto más y estaré ante el altar; ni siquiera es posible huir... el coche espera y todo está pronto. Pero... ¿será realmente imposible huir? Claro, claro que es imposible: en las puertas y en todas partes hay gente: me preguntarán: ¿Por qué se va? ¡No es posible, no! Pero hay una ventana abierta... ¿Y si saltara por la ventana? No, imposible: sería indecoroso. Además, está muy alta. (Se acerca a la ventana). Bueno, no está tan alta, sólo es la planta baja, y muy baja, por cierto. Pero, no... ¿Cómo podría hacerlo? No tengo mi sombrero. ¿Cómo habría de escaparme sin sombrero? ¡Sería muy embarazoso! Pero... ¿será realmente embarazoso escapar sin sombrero? ¿Y si probara? ¿Pruebo? (Se encarama sobre la ventana y después de decir: "¡Dios me ayude!", salta a la calle: se oye gritar detrás de la escena): ¡Ay! ¡Era alta! ¡Eh, cochero!
Voz del cochero: ¿Me llamaba?
Voz de Podkolésin: A la Kanávka, junto al puente de Semenóvsk.
Voz del cochero: Le costará medio rubio.
Voz de Podkolésin: Bueno, conforme. ¡En marcha! (Se oye el ruido del coche que se aleja).