Escena II
Ágata Tijónovna y Iaíchnitza.
Iaíchnitza: He venido deliberadamente un poco antes de la hora, señora mía, para hablar con usted a solas. Bueno señora, en cuanto a mi grado, creo que ya lo conoce: soy consejero de cuarta, cuento con el afecto de mi jefe, mis subalternos me obedecen... Sólo me falta una cosa: la compañera de mi vida.
Ágata Tijónovna: Sí...
Iaíchnitza: Acabo de encontrarla. Esa compañera... es usted. Dígame sin ambages: ¿sí o no? (Le mira el hombro y dice aparte). ¡Oh, no es una de esas alemanitas flacuchas!... Algo tiene.
Ágata Tijónovna: Soy muy joven, aún... Todavía no estoy dispuesta a casarme.
Iaíchnitza: ¡Vaya! Entonces... ¿por qué se afana la casamentera? Pero quizás usted haya querido decir otra cosa... explíquese... (Se oye la campanilla) ¡Demonios! No le dejan a uno hablar de negocios.