Escena XVII
Dichos, Kochkarév, Podkolésin y Tecla.
Kochkarév: (A Podkolésin). No te olvides simplemente de tener valor, eso es lo principal. (Mira a su alrededor, se inclina saludando, con cierto asombro y dice para sí). ¡Caramba, vaya una multitud! ¿Qué significa esto? ¿No serán novios? (Le propina un codazo a Tecla y le dice, en voz baja). Has reunido cuervos de todas partes... ¿eh?
Tecla: (En voz baja). Aquí no hay cuervos: todos son hombres honrados.
Kochkarév: (A Tecla). Y, seguramente, de bolsillos agujereados. (En voz alta). Pero... ¿qué estará haciendo ahora esa dama? Esta puerta debe dar a su alcoba. (Se acerca a la puerta).
Tecla: ¡Desvergonzado! Ya te han dicho que se está vistiendo.
Kochkarév: ¡Bah! ¿Y qué? Sólo echaré un vistazo y nada más. (Mira por la cerradura).
Gevákin: Permítame curiosear también a mí.
Iaíchnitza: Déjeme echar una miradita, una sola.
Kochkarév: (Sigue mirando). Pero... ¡no se ve nada, señores! ¡Y cualquiera adivina qué es eso blanco que se ve, si una mujer o una almohada! (Todos han rodeado la puerta y se abren paso para mirar). Sst. Alguien viene. (Todos se apartan de la puerta, de un salto).