Escena XV
Iván Pavlóvich y Anúchkin.
Duniáshka: Espere aquí. Saldrán a recibirlo. (Sale. Anúchkin saluda a Iaíchnitza).
Anúchkin: ¿Tengo el honor de saludar al padre de la encantadora dueña de casa?
Iaíchnitza: De ningún modo, no soy su padre ni mucho menos. Ni siquiera tengo hijos.
Anúchkin. ¡Ah, perdón, perdón!
Iaíchnitza: (Aparte). La fisonomía de ese hombre me parece sospechosa. ¿No habrá venido con el mismo fin que yo? (En voz alta). ¿Supongo que usted viene a ver a la dueña de casa por algún asunto?
Anúchkin: No, no me trae ningún asunto. Sólo entré de paso... estaba paseando.
Iaíchnitza: (Aparte). ¡Miente, miente! ¡Ese paseo es una patraña! ¡Lo que quiere el bribón, es casarse! (Suena la campanilla. Duniáshka se precipita a abrir, cruzando la escena. Se oyen voces: "¿Está en casa?" "Sí, está").