1.7.
Este final de
siglo, de huida incesante de millones de emigrantes a Norteamérica, a Canadá, a
Australia, a Latinoamérica, por las causas sociales anteriormente expuestas, fue
observada y vivida, como auge de la vitalidad de la humanidad contra la
opresión, por uno los mayores profetas poéticos, vitalista y visionario, cantor
de la belleza y el heroísmo homérico, hedonista cantor de las tierras exentas de
propietarios en Norteamérica, el cual engrandece la libertad y el nacionalismo
de los países elegidos por Dios, es Walt Whitman (1819-1892).
Profetiza la
bondad natural del hombre y el progreso social de los grupos emigrantes que
arriban a Norteamérica. Para él, en ellos se habrán de concretar los postulados
de felicidad e igualdad natural, sustanciales a la humanidad en juntura
colectiva, en cuanto en ellos se da la democracia social electiva.
No admitiéndose
en una comunidad democrática la profanación del cuerpo por la autoridad, la
humillación por sujeción al látigo del esclavista, ni la sumisión a los
predicadores de la ignorancia.
Si a los
significantes textuales del Walt Whitman se atribuye los rastros del movimiento
histórico, que huellan la producción material e ideológica, se asocia el
significado general de la búsqueda de la libertad y la felicidad como un acto
bello, contemplativo y justo, que se actualiza en las leyes constitucionales y
en la libre actitud de administrar, comprar y vender las cosas, nos encontramos
con el ciudadano democrático.
En Walt Whitman
se generalizan las huellas arqueológicas de la historia, su validez a todos los
significantes literarios, plásticos, musicales, del humanismo
democrático.
La grafía de lo humano será aseveración que amplía la
comprensión de los actos y reflexiones, que los sujetos históricos han realizado
e idealizado en su modo de reproducir la vida colectiva. La evidencia de la
aspiración a la felicidad se fundamenta en la bondad y la belleza del hombre sin
ataduras a los códigos penalizadores de la felicidad.
Si la sociedad
progresa desde la acumulación material y cultural, es porque hereda de la
colectividad los medios materiales para reproducirse, la ideología con las que
se preserva de la arbitrariedad.
Medios y fines se
entrelazan en las generaciones sucesivas y ellas se apropian de la realidad
social y mudan en un proceso que no es subjetivo, sino que se concreta en la
producción material y mental.