La extracción de
hulla pasó de 15 millones de toneladas a 49 millones. En 1840 la metalurgia se
aplica a la construcción de los primeros barcos con casco de hierro y movidos
con motores de vapor y hélice.
La construcción
de vías férreas, de navíos, de estructura metálicas, y de utillaje industrial,
requiere un metal diferente al hierro que no ofrecía rigidez y resistencia
suficientes. Entre 1855 y 1860 Henry Bessemer (1813-1898) aplicó un convertidor
basculante de capacidad superior a una tonelada y en el interior del cual se
conseguía en veinte minutos la transformación del hierro colado en acero,
desapareciendo la pudelación. En el convertidor el hierro colado, en fusión, era
atravesado por una corriente de aire comprimido que activaba sílice y el carbono
y permitía obtener un acero fluido y puro. Sin embargo, pequeñas burbujas de
aire quedaban aprisionadas dándole una estructura vesicular. El fósforo en
grandes cantidades no se eliminaba a causa de una reacción ácida de sílice y del
óxido de hierro. La demanda se contraía a consecuencia de la escasez de mineral
de hierro con baja cantidad de fósforo. Había que encontrar un convertido capaz
de eliminar el fósforo. Esto fue conseguido en 1879, cuando Sir Sydney Gilchrist
Thomas dotó al convertido Bessemer de un revestimiento de dolomía capaz de fijar
el fósforo.
La
máquina-herramienta estaba unida al perfeccionamiento de la máquina de vapor.
John Wilkinson fabricó cilindros de gran precisión. Nasmyth construyó una
máquina para labrar metales y Whitwort (1803-1887) desarrolló el fileteado de
metales a 55º. En las exposiciones de Crystal Palace (1851) y de la exposición
internacional de 1862, se vieron los avances de la máquina- herramienta. Así
mismo Colt en Norteamérica con máquinas-herramientas fabricó armas de
repetición, máquinas de coser máquinas de escribir, bicicletas etc.
Dos hechos a
destacar: la acumulación de capital de la primera revolución industrial y el
efecto multiplicador de la inversiones, que inciden en la división de trabajo
social a partir de una base industrial que se amplía en un desarrollo
tecnológico, que exige la centralización financiera y la concentración
empresarial para sustituir proporcionalmente mano de obra por capital fijo y
materias primas.
Esta sustitución
de la combinatoria amplificada de la productividad no sucedía planificadamente,
sino por crisis cíclicas.
La pasión motivadora impulsaba a distanciarse de la
inmoralidad de los abusos económicos. La subjetividad de los empresarios
competitivos se unía a la ley de selección del más fuerte en el mercado
competitivo: la productividad se basaba en que con inferior cantidad de trabajo,
en el mismo tiempo, se produjera más valores de uso. Siempre que se sustituya
mano de obra por máquinas y materias primas con precios decrecientes.
La tercera fase
amplificadora de la producción y el consumo viene a dar en la formación del
capital monopolista; control de la productividad y con él las crisis de
superproducción.
La integración de
países subdesarrollados como secciones geográficas de la ampliación del mercado
interno. El crecimiento del capital constante, maquinaria y materias primas, y
la reducción del capital variable, masa de trabajo.
El efecto
multiplicador de las inversiones empujaba el crecimiento de la producción y a la
concentración en minorías de propietarios imbricadas al bloque político
dominante.