La productividad
creciente de las unidades empresariales competitivas sustituye, en la función
combinatoria de producción, capital fijo por capital variable. Las cantidades de
valor de las innovaciones tecnológicas están en razón inversa a las cantidades
de trabajo que las máquinas sustituyen.
A menor valor de capital fijo en la cuota de
amortización, mayor valor de salarios reducidos en el capital variable del coste
de producción.
Cualquier
innovación tecnológica que no cumpla esta condición deja de ser operativa para
el sistema económico monopolista.
Las innovaciones
tecnológicas productivas se basan en la inclusión, en los costes de producción,
de menor valor de capital fijo por mayor valor de capital variable.
Las innovaciones
del capital fijo en la industria competitiva para aumentar la producción y
arrebatar las ganancias diferenciales a los competidores, a través de una
política de precios inferiores a la media del mercado, serán incesantes. En la
industria textil, el incremento de productividad se basará en los aumentos de
materias primas y maquinaria como sustitución del capital variable: el
self-acting automático de Roberty, el telar de acción continúa de Par Curtis y
Madsley. La potencia de las máquinas de hilar se verá multiplicada. La tejeduría
de algodón accede a su fase de mecanización: el antiguo telar de Cartwright es perfeccionado por Sharp y Robert.
Estas modificaciones de los métodos de producción eliminan los gremios de
artesanos y sustituyen los telares a mano por telares mecánicos. En 1850
existen 250.000 telares mecánicos y sólo 50.000 telares a mano de empresas
residuales familiares.
Este incremento
de productividad se basa en empresas competitivas que exigen bienes de equipo
innovadores, sin excesivo desembolso monetario, que liberan capital de la masa
de trabajo, para fijarlo en maquinaria.
La segunda fase
de la revolución industrial 1830 se caracteriza por un segundo impulso
industrial, con raíz en la metalurgia, que provee de bienes de producción y de
utillaje para una demanda del capital fijo industrial en aumento. La
modernización de la industria metalúrgica exige inversiones en capital fijo
cuantiosas. El impulso multiplicador provino de las minas y del
ferrocarril.
La acumulación de
capital para invertir en los ferrocarriles llegó de las ganancias efectuadas en
la primera revolución industrial. Una burguesía enriquecida, frugal y puritana,
se lanzó a la compra de acciones de empresas privadas, a las que el Estado les
dejó total libertad para la construcción de la red ferroviaria. Se construyeron
cinco mil millas de red viaria.