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Si una dama no posee formas tan atrayentes como ella desea, recurre a caderas postizas y aun a falsas protuberancias traseras; y la figura así artificialmente rellena, o naturalmente redondeada se evidencia primorosamente por la saya ajustada en todas partes. El extranjero se asombra del magnífico, o más bien lascivo balanceo en el caminar de la limeña; y su tout ensemble, con un ojo negro atisbando del manto en busca de admiración, da al principio idea desfavorable de la moralidad y discreción de las beldades limeñas. Esta impresión aumenta encontrándolas siempre solas y por tanto con oportunidad para llevar adelante sus empresas amorosas".

En general son de buena figura, caras vivas e inteligentes, índole bondadosa y amable; y, si se agregara la educación a estas ventajas, se transformarían en adornos de la sociedad ilustrada y ellas mismas contribuirían a mejorarla. Como he anotado ya, se enorgullecen sobre todo de sus pies, en verdad pequeñísimos por naturaleza, pero los achican por el arte. Desde la infancia usan zapatos sumamente ajustados. A menudo he visto gruesas señoras mayores que todavía conservan su vanidad de mostrarse con zapatos tan pequeños que el tobillo y la carne rebasaban y ocultaban mucho del pie. Los zapatos son de raso de color y renglón muy caro en los gastos de una dama; pues por sus pequeñas dimensiones y fragilidad del material, no pocas veces revientan la primera vez que los usan.

En su casa las damas no llevan cofia u otro abrigo en la cabeza, y se peinan con una trenza que cuelga sobre las espaldas hasta abajo de la cintura. El vestido de casa es también lo que en inglés se diría traje sumamente suelto: un batón amplio de muselina blanca o de color, ceñido al pecho mientras deja el cuello descubierto, excepto cuando un chal se echa negligentemente sobre los hombros. Como no usan corsés sus figuras aparecen así muy poco favorecidas. No usan adornos artificiales en la cabeza, pero algunas veces las damas arreglan el cabello de adelante con trencitas, donde prenden algunas flores naturales. Siempre tienen a mano una canastilla con flores frescas para ofrecer a los visitantes y esto se considera como el mejor cumplimiento que se puede hacer a un caballero,

 
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