A diferencia de la lengua, el lenguaje es todo un sistema de
comunicación que puede o no tener verbalizaciones. La condición para el lenguaje
es estar compuesto por una serie de signos que en conjunto comunican un
significado. Tanto en el lenguaje animal (señales entre animales), en el
informático (conjunto de caracteres, símbolos y reglas), en el lenguaje de
máquina (instrucciones expresadas en código binario) y en los demás lenguajes
existentes, el orden entre los signos está determinado por una forma o conjunto
de reglas naturales que definen y diferencian un lenguaje de otro, una gramática
en al cual los signos se encuentran estructuradas para decir algo.
En el lenguaje cinematográfico cada plano es un significante.
Su composición y posterior estructuración en el montaje es lo que lo hace
lenguaje
La narración cinematográfica es una especie de consolidación de
la base del lenguaje utilizado en el cine, proviene de la técnica de la
producción cinematográfica llamada montaje o edición. Ésta es una parte del
proceso, quizás no obligatoria pero si determinante, para producir un lenguaje,
ya sea por su uso o ausencia.
Para una película el montaje o edición le otorga fluidez a la
imagen, manejando el plano en una sucesión progresiva para que tenga la armonía
requerida y la narración sea fácil de entender y cause sorpresa y suspenso en
los espectadores.
De esta forma, en el lenguaje cinematográfico la gramática está
constituida por las variantes de plano y opciones angulares de encuadre;
mientras que la sintaxis está compuesta esencialmente por el montaje, es decir,
las escenas seleccionadas de la filmación de la película para posteriormente ser
unidas y mostradas en la proyección. Es en el proceso de unión cuando la
sintaxis se efectúa, ya que la posición de las escenas con diferentes imágenes
puede decir distintos mensajes. El tiempo es un elemento que se puede manejar a
través del montaje, haciendo que el espectador crea que algo puede suceder, que
ya sucede o que está por suceder.