Esto significa también que un autor cuando construye su
discurso no está pensando exclusivamente en una intencionalidad de carácter
estético, sino también de manera simultánea, en la intención comunicativa de su
relato y en el circuito de las prácticas sociales (contexto) de las cuales va a
formar parte su obra, además de que los discursos están sujetos a una
percepción, una intuición o a una experiencia por parte de los lectores.
El autor con su discurso quiere comunicar a la evaluación de un
conjunto de valores o ideologías que son elementos configurados de la cultura.
Estos valores se ofrecen dentro del ser social con un carácter general o valor
estándar, corresponde al autor dar un punto de vista individual de esos valores
al buscar comunicarlos en su discurso o relato, dando una información referida a
la cultura que el lector interpreta. Esta interpretación aparece a partir del
conocimiento que tiene el lector de los valores compartidos por él y el
escritor, ya que pertenecen a la misma cultura.
Las narrativas conforman el pensamiento humano, ya que el
relato refleja intencionalidades y experiencias del autor, volcándolas de forma
espontánea. En las narrativas, el autor desarrolla historias, estilos de vida y
situaciones que transcurren dentro de un marco que puede ser temporal o
atemporal. La intención del autor es volcar todas aquellas experiencias vividas
o imaginadas en su mente. La narración elabora un modelo de mundo posible que
existe en la mente del destinatario que le permite reconocer una gran cantidad y
variedad de argumentos y relatos, cualquiera que sea la expresión en que se
encuentra. Las figuras narrativas nacen como forma primordial de la experiencia.
La experiencia humana, entonces, sería de naturaleza narrativa y el relato sería
la forma en que dicha experiencia llega a la inteligibilidad. Ello demuestra que
la experiencia forma parte implícita de la mente del autor, y es volcada en el
relato automáticamente.
La estructura narrativa puede esquematizarse como:
argumento/historia - moraleja/discurso - evaluación/episodio/marco -
suceso/complicación - resolución.
Un texto narrativo debe poseer como referente mínimo un suceso
o una acción que cumplan con el criterio del interés. Un hecho puede ser
utilizado en una narración a modo de convencer al lector de algo, como es el
caso de un cuento con moraleja mediante el cual el autor utiliza valores
constantes o variables de acuerdo a las circunstancias. Lo que suele cambiar son
los nombres o determinados atributos, pero el final es el mismo, o termina mal
(en raras ocasiones) o termina bien.