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En uno de los tomos siguientes irán la vida de Cicerón (objeto hoy de tantas investigaciones y de libros tan curiosos como los de Forsyth y Gastón Boissier), el juicio de sus obras y un catálogo de sus traductores castellanos, formado con la mayor diligencia que me sea posible.

Por lo que hace a las obras contenidas en este tomo, bien puede afirmarse que es esta la primera version castellana. Del tratado de Inventione trasladó sólo el primer libro, en el siglo XV, el famoso obispo de Burgos D. Alonso de Cartagena; versión que yace inédita en la Biblioteca Escurialense. Consta asimismo que D. Enrique de Aragón (comúnmente llamado de Villena) tradujo la Retórica a Herennio, pero se ha perdido. De los demás tratados que van en este tomo, no sé que haya traducción alguna.

Necesitaba este volumen algunas notas, pero no he querido ponérselas, porque más y mejor que lo que yo pudiera decir, lo hallará el lector en muchos comentarios que andan en manos de todo el mundo. El repetir lo ya dicho y llenar con doctrina ajena páginas y páginas, fuera palabrería inútil y enojosa. Cosas hay, sobre todo en los Tópicos, que no se entienden bien sin alguna noción de Derecho romano, pero con una tintura muy elemental basta, y ésta no es difícil adquirirla. Entrar en largas explicaciones sería impropio de quien, como yo, se reconoce profano en tales materias. Hay también algunos ejemplos oscuros por referirse a costumbres, no muy sabidas, de la antigüedad, pero tampoco faltan libros donde ilustrarse ampliamente.

He dejado en latín los ejemplos que se reducen a juegos de palabras, porque variando los términos perderían la poquísima gracia que encierran, y ni aun tendrían razón de ser. ¿Cómo conservar en castellano el equívoco entre amari (ser amado) y amari (genitivo de amarus:amargo) o entre el verbo veniam (vendré) y el acusativo veniam (perdón)? ¿Cómo hacer sentir la similicadencia de egentem, y abundantem en una lengua que no tiene casos; ni la similidesinencia cuando varían las terminaciones? ¿Cómo formarse idea, si no viéndolos en el ejemplo latino, de los pueriles artificios llamados atenuación, producción, abreviación, adición, trasmutación, etc? Cuando el ejemplo tiene interés por sí mismo, he puesto entre paréntesis la traducción castellana.

 
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de Marco Tulio Cicerón

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