Hay un dicho muy conocido de Emerson: "El hombre es Dios en 
ruinas". Estoy y no estoy de acuerdo. la visión contiene algo de verdad -el 
hombre no es como debería de ser. La visión está ahí, pero un poco trastocada. 
El hombre no es Dios en ruinas, el hombre es Dios haciéndose, el hombre es un 
Buda empezando a desarrollarse. El brote está ahí, puede florecer en cualquier 
momento: con sólo un poco de esfuerzo, con sólo un poco de ayuda. Y esta ayuda 
no va a producirlo -¡ya está ahí! Tu esfuerzo sólo te lo va a revelar, es una 
ayuda para descubrir lo que está ahí, escondido. Es un descubrimiento, pero la 
verdad ya está ahí. La verdad es eterna.
Escucha estos sutras porque son los más importantes de la 
extensa literatura budista. Por eso se les llama El Sutra del Corazón, es 
el auténtico corazón del mensaje budista.
Pero me gustarla empezar desde el principio. Sólo desde este 
punto de vista se hace el Budismo relevante: permite que tu corazón sepa que 
eres un Buda. Ya sé que puede parecer presuntuoso, puede parecer muy hipotético, 
no puedes confiar en ello totalmente. Es natural. Lo comprendo. Pero permite que 
se aposente como una semilla. En torno a ese hecho comenzarán a suceder muchas 
cosas, y sólo en torno a ese hecho podrás comprender estos sutras. Son 
inmensamente poderosos -muy pequeños, muy condensados, como semillas. Pero en 
este terreno, con esta visión en la mente: que eres un Buda, que eres un Buda 
floreciendo, que eres potencialmente capaz de convertirte en uno, que nada 
falta, que todo está listo, que sólo hay que poner las cosas en el orden 
correcto; que es necesario ser un poco más consciente, que se necesita un poco 
más de consciencia... El tesoro está ahí; tienes que traer una pequeña lámpara a 
tu casa. Una vez que la oscuridad desaparezca dejarás de ser un mendigo, serás 
un Buda. Serás un soberano, un emperador. Todo este reino es para ti y lo es por 
pedirlo; sólo tienes que reclamarlo.