Homenaje a la Perfección de la Sabiduría -verdad...
Eso es lo que la verdad es: la perfección de la sabiduría, la
adorable, la bella, la sagrada, la buena.
¿Por qué se la llama sagrada? -porque los Budas nacen de ella.
Es el útero de los Budas. Te transformas en un Buda en el momento en que
participas de esta perfección de la sabiduría. Te transformas en un Buda cuando
la gota de rocío desaparece en el océano, pierde la separación, no está ya
luchando contra el todo, se ha entregado, está con el todo, ya no está contra
él. De aquí mi insistencia en estar con la naturaleza; nunca estés contra ella.
Nunca intentes dominarla, nunca intentes conquistarla, nunca intentes
derrotarla. Si intentas derrotarla estás destinado a fracasar, porque la parte
no puede vencer al todo -y eso es lo que todo el mundo está intentando hacer. De
aquí que haya tanta frustración, por eso todo el mundo parece un fracaso. Todo
el mundo está intentando conquistar el todo, intentando empujar al río.
Naturalmente, un día te cansas, acabas exhausto -tienes una fuente de energía
muy limitada; el río es enorme. Un día te atrapa, y te rindes frustrado.
Si puedes rendirte gozosamente, eso se convierte en
entrega. Entonces ya no es derrota, es una victoria. Sólo ganas
con Dios, nunca contra Dios. Y recuerda, Dios no está intentando derrotarte. Tu
derrota es autogenerada. Eres derrotado porque luchas. Si quieres ser derrotado,
lucha; si quieres vencer, ríndete. Esta es la paradoja: que los que están
dispuestos a darse por vencidos se convienen en vencedores. Los perdedores son
los únicos ganadores en este juego. Intenta vencer y tu derrota es absolutamente
segura -es sólo una cuestión de tiempo, de cuándo- pero es segura, va a
suceder.
Es sagrada porque eres uno con el todo. Lates con él, danzas
con él, cantas con él. Eres como una hoja al viento: la hoja simplemente baila
con el viento, no tiene voluntad propia. Este estado de no-voluntad es lo que
llamo sannyas, lo que este sutra llama sagrado.