Ahora mírame: no puedo decir que estoy aquí, porque también 
estoy allí. Y no puedo decir que estoy en la India, porque también estoy en 
China. Y no puedo decir que estoy en este planeta, porque no estoy. Cuando el 
ego desaparece eres simplemente uno con el todo. Estás en todos los sitios y en 
ningún sitio. No existes como entidad separada, estás disuelto.
¡Mira!
Por la mañana, sobre una bella hoja, hay una gota de rocío 
brillando al sol matinal, bellísima. Y luego comienza a deslizarse y se 
desliza en el océano. Estaba ahí sobre la hoja: había tiempo y espacio, tenía 
una definición, una personalidad propia. Ahora bien, una vez que se ha dejado 
caer en el océano no puedes encontrarla en ningún sitio -no porque se haya hecho 
no-existencial, no. Ahora está en todas partes; es por eso por lo que no puedes 
encontrarla en ningún sitio. No puedes localizarla porque ahora su ubicación es 
el océano entero. Ya no existe en forma separada.
Cuando no existes separado del todo, surge 
pragyaparamita, la sabiduría que es perfecta, la sabiduría que es del más 
allá.
¡Homenaje a la Perfección de la Sabiduría
la Adorable, la Sagrada!
Una bella provocación... Dice: Mi homenaje es para esa 
sabiduría que llega cuando entras en el más allá. Y es adorable, y es sagrada 
-sagrada porque te has hecho uno con el todo; adorable porque ese ego que creaba 
todo tipo de fealdad en tu vida ya no existe.
Satyam, savum, sunderam: es verdad, es 
buena, es bella. Estas son las tres cualidades.