El cuarto es el sicoespiritual, anahatta, el centro del 
corazón. Jung, Assagioli y otros penetran en este reino. Van más alto que 
Pavlov, Freud, Adler, abren más posibilidades. Aceptan el mundo de lo 
irracional, el inconsciente. No se limitan a la razón. Son gente más razonable 
-aceptan también la sinrazón. No niegan lo irracional sino que lo aceptan. Aquí 
es donde la sicología moderna se detiene -en el cuarto peldaño. Y el cuarto 
peldaño está justo en la mitad de la escalera: tres peldaños por este lado y 
tres peldaños por el otro.
La Sicología moderna no es todavía una ciencia completa. Está a 
medio camino, colgando. Es muy temblorosa, no está segura de nada. Es más 
hipotética que experiencial. Está aún luchando por existir.
El quinto es el espiritual: islam, hinduismo, cristianismo -las 
religiones organizadas de masas permanecen estancadas en el quinto. No van más 
allá del espiritual. Todas las religiones organizadas, las iglesias, se quedan 
ahí.
El sexto es el espiritual-trascendental -yoga y otros métodos. 
Por todo el mundo, a lo largo de los siglos, se han desarrollado muchos métodos 
que se parecen menos a una iglesia organizada, que no son dogmáticos sino más 
experienciales. Tienes que hacer algo con tu cuerpo y tu mente; tienes que crear 
una cierta armonía dentro de ti para que puedas cabalgar en esa armonía, para 
que puedas montarte en esa nube de armonía y alejarte mucho de tu realidad 
ordinaria. El Yoga puede incluir todo esto; eso es el sexto.
Y el séptimo es el trascendental: Tantra, Tao, Zen. La actitud 
de Buda pertenece al séptimo -pragyaparamita. Significa sabiduría que es 
trascendental, sabiduría que llega a ti sólo cuando todos los cuerpos han sido 
atravesados y te has convertido en pura consciencia, sólo un testigo, pura 
subjetividad.