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-¡Oh!
De aquella embarcación, que todavía no podía precisarse bien si era un prao o una chalupa, salid una voz que gritó:
-¿Quién vive?
-¡Somos amigos, que llevamos víveres al fuerte de Macrae!
-Tenemos orden de prohibir toda clase de desembarco hasta que amanezca,
-¿Quién ha dado esa orden?
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