-Sí, señor Horward. Nosotros los piratas
no vacilamos jamás en tirarnos a fondo enseguida. Sí es una chalupa de vapor,
usted se encargará de ponerla rápidamente en presión, de ese modo los
remolcaremos enseguida, después de haber dado el golpe.
-¿Confía usted en el resultado?
-Plenamente, señor Horward. Dentro de dos
horas, Tremal-Naik y Damna estarán a bordo de nuestro buque: yo se lo
aseguro.
-¡Ustedes Ion admirables!
-¡Cómo que estamos acostumbrados a correr
toda clase de peligros y aventuras! -contestó el portugués -. También ustedes
los americanos tienen buena sangre en las venas.