https://www.elaleph.com Vista previa del libro "La castellana de Vergy" de Anónimo (página 10) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Viernes 17 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  8  9  (10)  11  12 
 

-¡Ah! mi Dios, ¿qué acabo de oír? La duquesa me ha echado en cara tener mi perrito bien adiestrado! ¡Sólo puede estar enterada de eso, seguro, por aquel que yo quería y que me ha engañado! ¡Y jamás le habría confiado algo así de no haber tenido ambos mucha confianza, y de no amarla más que a mí, a quien traicionó! Me doy cuenta de que no me ama, ya que quebró su juramento. ¡Y yo que lo quería tanto que pasaba noche y día penando en él! ;Era todo mi contento, mi gusto, mi placer, mi gozo, mi alivio, mi sostén! ¡Cómo no pensar en él cuando no estaba conmigo! ¡Ah, delicado amigo! ¿Cómo hicisteis esta maldad? Creía que erais conmigo más fiel que Tristán con Iseo, y os quería más que a mí misma. Desde que os conocí jamás he dicho o realizado cosa alguna, ni grande ni chica, que pudiese enojarnos, que justificara vuestro resentimiento y deslealtad y os llevase a quebrar nuestro amor dejándome por otra y descubriendo nuestro secreto. ¡Ay, querido!, yo jamás habría podido haceros eso a vos; si Dios me hubiera entregado la tierra entera y aun todo el cielo y el Edén a cambio de vos, no habría aceptado, porque erais mi tesoro, mi salud, mi contento, y lo que me acongoja más es ver que no me amabais. ¡Ah, mi dulce amor! quién hubiera imaginado que ese hombre me haría mal, a mí, que siempre hacía todo por satisfacerlo, él que siempre afirmaba que era mío y me tenía por su mujer. Y hablaba de modo tan afectuoso que creía en él y nunca habría pensado que hallase motivos para trocarme por una duquesa o una reina. Creía que se consideraba mi amigo para siempre: si él hubiese muerto antes, mi amor era tan enorme que con seguridad yo no hubiera vivido mucho más, ya que hubiese sido mejor para mí perecer con él que vivir sin verlo. ¡Amor, amor! ¿Es correcto que él haya revelado de tal modo tus secretos? Así me pierde como yo lo perdí a él; sin él no puedo vivir y la existencia no me interesa. Pido a Dios me conceda la muerte y se apiade de mi alma; que honre a quien me engañó; yo lo disculpo, ya que hasta me será grato morir por él.

La castellana calló, después murmuró:

-¡Querido amigo, a Dios os confío!

 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  8  9  (10)  11  12 
 
 
Consiga La castellana de Vergy de Anónimo en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
La castellana de Vergy de  Anónimo   La castellana de Vergy
de Anónimo

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com