Las inversiones de origen privado u oficial, internas o
externas, requieren tal rentabilidad. Si en un universo poblacional no se
satisface en plazos mediatos, los problemas sociales derivados de la escasez o
falta absoluta de empleos subsistirán perniciosamente, atentando contra la
tranquilidad o la paz social dentro de dicho universo.
Esta situación, de insuficiente inversiones por bajas
rentabilidades, está planteada y calificada con tasas elevadas de desempleo en
todo el ámbito nacional, desde y durante las dos décadas pasadas a la fecha.
Todos los intentos gubernamentales para disminuirlas, dentro de
tales lapsos, no han resultado exitosos. La desocupación subsiste y la pobreza
creciente ha llegado a límites insostenibles, según se advierte en la prensa y
los medios publicitarios, con signos más que alarmantes. Se evidencian probables
estallidos sociales generalizados, con previsibles efectos colaterales, que
ponen en peligro la paz interna en todo el territorio nacional.