-No se puede decir eso nunca, porque basta una casualidad, y su
petición exige tiempo, una semana sin duda, quizás más, y
en una semana, ¿quién sabe si no se descubriría al
verdadero culpable?
-Siendo así, firmaré; ¿tiene usted alguna
esperanza 2
-Sí, por cierto. Constantemente protestó usted,
hasta el fin, de su inocencia, y es muy posible que al presente algunos de los
jurados que le han declarado culpable se arrepientan y soliciten - el indulto de
usted. Los iré a ver uno por uno, y si es preciso les arrancaré
sus firmas, pero lo salvaré, Doriat. El departamento del Sena y Oise es
uno de los más considerados en la Corte, y ya sabe usted, además,
que soy sobrino del Procurador general y mi tío me aconsejará.
-¡Que Dios le oiga!
-¡Hasta la vista, Doriat!
-¡Hasta la vista, señor Landais, porque,
¿vendrá usted a verme?
-Sí, no lo dude.