-La verdad habla por tu boca -dijo Kitwater. -Ahora preparemos nuestra expedición y pongámonos en camino lo más pronto posible.
Los preparativos exigieron poco tiempo.
Y de este modo Hayle entró a formar parte del sindicato formado para la exploración de la antigua Sengkor-Wat, en la alta Birmania.
Durante las horas que siguieron a esta conferencia, Hayle permaneció más silencioso que de costumbre.
Por la noche se encerró en su cuarto y reflexionó.
-Hay que ver -pensaba- lo que hay en el fondo de todo esto. Kitwater es un pillastre, hay que reconocerlo, y Coddy no es el chiflado que él quiere representar. Pero yo me llamo Gedeón Hayle y no soy saco de paja... Sí, creo que hay algo que hacer.
Hayle no dijo qué era lo que
había que hacer, pero la sonrisa que iluminó su semblante expresó a las claras, la íntima satisfacción que le causaba ese pensamiento.
Al día siguiente, el respetable terceto salió para Rangoon.