Nitwater dejó de hablar y prorrumpió en grandes carcajadas, como si aquel recuerdo fuese sumamente gracioso.
-Voy a ser breve -dijo; -aproveché la primera ocasión que se me presentó, y le arranqué su secreto por... no importa cómo me las compuse; lo esencial era procurármelo. Estoy, pues, muy bien enterado.
-No lo dudo. ¿Y qué ha sido
del francés? ¿ Quién nos dice que a estas horas no está allí llenándose los bolsillos?
-Mucho me extrañaría -respondió lentamente Kitwater. -Aquel negocio me produjo grandes contrariedades, cuando precisamente tenía yo más prisa por marcharme.
El orador hizo aquí una pausa.
Por último -continuó, -los
jueces clasificaron la causa bajo el epígrafe : «Suicidio por causa de alcoholismo» y esa declaración me sacó del atolladero. Se encontró en poder del francés una gran suma de dinero, y además, Coddy se presentó a declarar que aquel hombre había manifestado delante de él deseos de abandonar este valle de lágrimas.
Hayle miró a sus compañeros con mal disimulada admiración.
-Perfectamente -dijo. -Sois unos hombres.
Y después añadió:
-¿Y el secreto? ¿Qué sacasteis en limpio del desgraciado suicida ?
Vitwater sacó del bolsillo una vieja cartera de cuero, y tomó de ella un pequeño pedazo de pergamino.
-Hemos sacado esto -dijo. -No hay nada escrito, pero lo hemos confrontado con otro plano que poseemos, y las líneas de los dos dibujos corresponden exactamente las unas con las otras.
Kitwater se inclinó por encima del hombro de Hayle y le señaló un punto en el plano.
-Este es el gran templo -dijo, -y esta línea roja indica el sitio que tratamos de descubrir.
-Bueno; supongamos todo eso exacto -respondió Hayle, -¿ por qué me habéis hecho venir?
-Porque necesitamos un compañero
valiente -respondió Kitwater. -A mí no me falta valor, pero usted tiene más que yo. La cabeza de Coddy es preciosa; pero si hubiera que batirse, mi amigo no me serviría de gran cosa; ¿es verdad, amigo mío?
Coddy dijo que si con la cabeza y añadió con su vocecilla delgada y floja:
-Yo he aconsejado a Kitwater que lo llamase a usted y ha adoptado mi opinión. Ya está usted aquí... todo saldrá bien.