Todas las citas de este libro, con excepción de las que incluyen otra referencia, son del libro The Complete Letters of Vincent van Gogh. London: Thames & Hudson, 1957. Edición especial impresa en Holanda: Copyright N.Y.G.S., 1958.
1. URSULA (EUGENIE) LOYER, LONDRES
Los inicios
Vincent pasó su infancia y su juventud en pueblos y aldeas de Holanda -Tilburg, Zeverbergen, Zundert-, lugares envueltos en halos de recuerdos y olvidos, imbuidos de las soledades de una campiña nacida de las aguas y gobernada por ellas.
Vincent nació el 30 de marzo de 1853 en la aldea de Zundert, en la región del Brabante. Era una zona agreste cerca de la frontera, una tierra de horizontes abiertos donde luces y sombras caían con intensidad sobre campos desolados, casas y pueblos golpeados por la pobreza, esperanzas que nunca se materializaban. Zundert se fundía con sus alrededores en una confusión de tonos grises, nubes bajas, vientos arrolladores, silencios y rostros cargados de penas.
La casa de dos plantas en donde Vincent nació todavía está en pie: una fachada con cuatro ventanas y una puerta principal de madera, a la que se llega a través de un lodazal, sobre la que se proyectan las sombras cuadradas de las simas de las negras chimeneas. Los techos bajos que sobresalen casi se tocan sobre un camino transitado únicamente por algún que otro carruaje o carreta. De fondo puede oírse el borboteo del río Mass, que corre hacia la ciudad de Breda, en donde une fuerzas con los ríos Aa y Merk.
Un cielo plomizo se reflejaba sobre las caras circunspectas que, en tiempos de Vincent, se veían en las calles: era un pueblo comedido, acostumbrado a las ropas negras y sencillas, huraño ante los extranjeros, consagrado a domesticar una tierra indómita, que sopesaba cada gesto y cada sentimiento. La naturaleza imponía un férreo control sobre las emociones y las pasiones: sus servidores no conocían la tranquilidad y se expresaban únicamente a través de sacrificios aparentes, pecados ocultos y la circunspección nacida de la lucha por sobrevivir en la melancolía de un clima oscuro, inmóvil. Así era la provincia del Brabante, cuyos brezales se extendían hasta el horizonte, impregnados de aguas turbias y periódicamente empapados por los suaves desbordes del Maas.
A esta tierra opresiva fue enviado el padre de Vincent, un pastor de la Iglesia de Hervormd, de veintisiete años, en misión clerical. Theodorus van Gogh, la verdad sea dicha, era un predicador más bien mediocre y aburrido, quizás idóneo para este ambiente sombrío.