Esta vida salvaje, que no doméstica, causábame
grandísima pesadumbre. Apenas si salía de mi altillo,; y en mis
raros paseos del lado del río, por aquella ciudad muerta que no daba
aún señales de la mágica transformación que hoy
¡los asombra, y que temblaba miedosa bajo la garra de la tiranía,
ocurríanseme pensamientos tétricos, criminales ideas de
¡suicidio. El retorno a casa y las comidas eran para mí suplicios
que soportaba en silencio, como todo lo que en ella se hacía desbarajuste
sin medida. Había dejado ya la escuela y esperaba la solución de
mi porvenir, pues aun cuando la herencia -era sobrada para los tres, en
algo tenía yo que trabajar, siquiera por entretenimiento, que mi padre
trabajó toda su vida, y ha sido siempre aquí, a Dios gracias,
fuerza, ley y costumbre de todos, altos y bajos, trabajar y trabajar, de modo
que por aristocrática que sea la mano, en algo más se ocupa que en
llevar el bastón.
Digo que en silencio atendía yo a la conducta, de mis
hermanas. Pero pronto observé cosas incompatibles con el recato de la
doncellez y nuestro buen nombre: cartitas que llegaban a todas horas, galanes
que esperaban al pie de la ventana o en la esquina, señas y guiños
de lejos, citas en la iglesia y otros exceso de la imprudencia más graves
todavía, visitas en la propia sala de jóvenes conocidos Pepe
Sangil, entre ellos, que no iban allí a perder el tiempo seguramente
porque tantos novios habían tenido mis hermanas, que ya fuera
difícil que cayera uno en serio.
Hablé a Clara y me chilló, a Laurentina, y me
sacó por puertas, llamándome zonzo, santurrón y marica. El
terremoto de la escandalera me confinó en mi altillo, de donde no
salí ya sino con las precauciones de rigor en país ene. raigo,
más por dejar de ver la aborrecible ligereza de mis hermanas que por
temor pueril. Pero la severidad de mis principios, mi rectitud inquebrantable no
consentían que de aquello que con tanta, energía, censuraba fuese
espectador cobarde. Y resolví o romper con ellas, abandonando la casa o
que rompieran ellas sus equívocas relaciones.