https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Don Perfecto" de Carlos María Ocantos (página 11) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Domingo 05 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  8  9  10  (11)  12  13  14  15  16  17  18  19  20  21  22  23 
 

Si hubiera yo vivido en un ambiente místico, seguramente habría salido cura. Pero mi padre era un descreído, mí madre una indiferente y las prácticas religiosas de mis hermanas se reducían -a la misa de una en Santo Domingo, cargadas de perifollos y de polvos de arroz. A mí no me llevaban, porque no las descubriera sus gatuperios amorosos. Las veces que yo entraba en la iglesia era por curiosidad, distracción, aflicción o pena muy honda,; nunca porque lo creyera deber que ni en mi casa ni en la escuela me impusieran. Es cierto que en alguna ocasión, aspirando yo, vagamente a la paz y al retiro, me parecía que en ninguna parte como en la iglesia, estaría yo mejor, revestido con mi casulla dorada y repartiendo bendiciones entre nubes de incienso. Pero o, no me tiraba en realidad la vocación, o no estaba de Dios.

Mi padre quería hacer de mí un medicazo como él, mas se convenció que mis nervios no podrían resistir tamaña prueba. Ninguna otra carrera liberal me seducía no me inflamaba ambición alguna ni ser rico, ni sabio, ni grande ni célebre, ni poderoso. Lo que yo quería era ser feliz, ¡feliz!, precisamente lo que no era ni sería jamás. Así contestó a mi padre un día que me apuraba por la respuesta, y mi padre se rió de mi salida extravagante.

-¡Si se creerá este chico que la felicidad es una carrera reglamentada por la facultad respectiva! Este, o se pasa de tonto, o es muy agudo.

Teníanme por tonto, naturalmente y desde aquel día, me diputaron por incapaz rematado, condenándome a apacentar los rebaños de la estancia del Trigal, cuando tuviera la edad, ya que para otra cosa no servía.

 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  8  9  10  (11)  12  13  14  15  16  17  18  19  20  21  22  23 
 
 
Consiga Don Perfecto de Carlos María Ocantos en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Don Perfecto de Carlos María Ocantos   Don Perfecto
de Carlos María Ocantos

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com