Desde los primeros tiempos, esa región de las viejas
carreteras ha estado habitada por diferentes tribus, trasladadas desde el
desierto árabe, y pertenecientes a la raza semítica. Hablan el
mismo idioma y adoran los mismos dioses. Pero combaten entre ellas con
frecuencia. Luego, hacen tratados de paz, mas vuelven a luchar. Se hurtan
mutuamente sus ciudades, sus esposas y sus ganados, y, en general, se conducen
como lo hacen las tribus nómades cuando no existe más autoridad
que la violencia de su propio albedrío y la fuerza de sus espadas.
En forma vaga, reconocen la autoridad de los reyes de Egipto,
Babilonia o Asiria. Cuando los recaudadores de contribuciones marchan camino
abajo, con su comitiva. armada, los pastores pendencieros se tornan muy
humildes. Reconócense, con grandes reverencias, obedientes servidores del
faraón de Menfis o del rey de Accad. Pero, una vez que Su Excelencia el
gobernador se retira, junto con sus soldados, la vida guerrera de las tribus
continúa con tanta libertad como antes.
Mas, por favor, no se tomen muy en serio estas luchas, pues
constituían el único deporte al aire libre de que podían
disfrutar estas gentes; además, los daños causados eran, por lo
general, muy superficiales. Al mismo tiempo, mantenían a los
jóvenes en buenas condiciones.
Los judíos, que iban a jugar un papel tan importante en
la historia de la humanidad, comenzaron su existencia como una de estas
pequeñas tribus guerreras, nómades, pendencieras, rapaces, que
trataban de afianzarse en la tierra de los Altos Caminos. Por desgracia, no
sabemos, en realidad, casi nada del comienzo de su historia. Muchos hombres
ilustrados han formulado ilustradas conjeturas. Pero una suposición
plausible no llena una laguna histórica. Y, cuando nos enteramos de que
los judíos vinieron originariamente de la tierra de Ur, en el golfo
Pérsico, el hecho puede ser exacto, mas también puede ser falso.
Antes que narrar muchas cosas equivocadas, no contaré nada,
limitándome a mencionar tan sólo algunos hechos, acerca de los
cuales todos los historiadores están contestes.