Sufro
un shock emocional, se acerca a la puerta, la abre y él esta allí. ¡Maldito!
¡Los odio!, En algún rincón mi alma pide clemencia ¡Ayuda! ¡Por Dios, es mi
hermano!, Se abrazan, se besan ¡No quiero ver mas! ¡Debo alejarme de allí!, Pero
mi cuerpo no responde a mis deseos, se mantiene allí, inmóvil, mis piernas se
niegan a funcionar; veo todo como si estuviera mirando dos pantallas juntas, con
imágenes simétricas. Siento nauseas, las lagrimas llegan hasta mis labios, ellos
avanzan un par de pasos, ella intenta besarlo nuevamente, él, la aleja de sí con
un empujón ¡Podría matarlos con mis propias manos!
La sujeta
por los hombros y le da una bofetada; ella cae en la cama; Puedo oír, sentir su
suplica, parece ser su ritual, ya que ella dócilmente se arrodilla frente a él;
Él asume una postura rígida, de patriarca, es el amo de la situación; mi rostro
está empapado de lágrimas, mi cara se encuentra contraída por el odio ¡Dios, que
alguien me saque de aquí!, Pero no puedo moverme, es mi castigo por seguir mis
instintos; Ella diestramente lo desviste, Él toma su cabeza con ambas manos y
con violencia la acerca a su cuerpo ¡Pensar que a mí me exigía suavidad! Ni
siquiera durante el acto podría realizar un gesto fuerte y, sin
embargo...
La
acción dura unos minutos, lo veo contraerse, gozar con quien fuera mi vida, veo
sus manos levantarla de los cabellos y arrojarla a la cama ¡Debería cruzar la
calle ahora, Matarlos! Ella disfruta cada momento, puedo oír sus gemidos, sentir
sus cuerpos ardientes, sus jadeos llenando mis oídos. ¡Ayuda! Practican poses
que ni siquiera me hubiera atrevido a soñar, su lucha no se limita a la cama,
sino que la trasladan a diferentes rincones de la habitación, incluso la
ventana, con ella exhibiendo su cuerpo a la noche.
La
cámara consume su primer rollo y debo cambiarlo, lo hago por inercia, de
memoria, mientras esfuerzo mis ojos para no perder los detalles de mi ultraje.
Por una hora hacen el amor, incluso en formas antinaturales; tantas imágenes,
tantas sensaciones, mi mente no lo resiste más ¡Enloquezco! Bajo de mi escondite
más rápido de lo que tarde en subir, cruzo corriendo, mi pecho va ha explotar,
no puedo contenerme, llego al pie del edificio, al lugar por donde antes no pude
entrar, pero ahora es diferente, mi odio me da fuerzas, me siento capaz de
realizar cualquier proeza, comienzo a subir, estoy al borde de la ventana ¡Voy a
entrar!