2. Los procesos sociales
modernos
Las fragmentaciones que trajo consigo la modernidad a finales del siglo XVII
y principios del XIX, se pueden leer la política, la economía, la cultura y la
sociedad. La separación entre sociedad civil y el Estado, que en la Ilustración
se concibieron juntos, el liberalismo económico y político constituiría el
fundamento para su división y en su formalización constitucional en el Estado de
Derecho. Esa orientación fortaleció una concepción sobre la democracia, la
democracia liberal, el constitucionalismo y la defensa de los derechos
individuales. La otra concepción se refería a la secularización del pensamiento,
de la moral y de las costumbres que fisuraban el vínculo entre sociedad y
religión, entre sociedad y divinidad, entre individuo y fe, que había tenido
constituido unos de los monopolios del poder hasta la Edad Media. La tercera
concepción, emergente de los procesos de los tiempos modernos, es una herencia
de la Razón de la Ilustración, es decir, a la razón instrumental y calculadora
que tiende a desalojar la sustancia ética de la idea de Razón. Estrechamente
vinculada con los supuestos de la weltanschauung (visión) de la Ilustración,
encontramos una idea del "progreso" (la acumulación, la dimensión tecnológica de
las relaciones sociales, el carácter inalterable y persistente del progreso).
Estas concepciones habrían de escenificarse en el terreno posterior al
medioevo, y en el que el proceso de constitución habrían posicionamientos
fascinantes en el desarrollo del capitalismo. Uno de estos procesos que
trascenderían en la Razón moderna es el de la secularización del pensamiento y
de la sociedad. El objetivo central del programa de la Ilustración ha sido
políticamente el de liberar al mundo de la magia. En rigor, en la Edad Media "el
mundo de acá", el terrenal, sería una prolongación del "mundo de allá", el
divino. Cuando el Siglo de las Luces se propone investir al hombre de una
voluntad propia y hacerlo su dueño, amo y señor de su destino, renunciando a las
"razones" externas que le otorgaban fundamento, y busca el cimiento de la
historia en el ego trascendental, en su Razón inmanente, ocurriría la
Gran Exclusión de la historia, la eliminación de la Divinidad.