https://www.elaleph.com Vista previa del libro "La señorita Raimunda" de Eduardo Cadol (página 5) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Miércoles 30 de abril de 2025
  Home   Biblioteca   Editorial      
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6  7  8  9  10  11  12 
 

Así, por lo menos, opinaba ella. Y cuando, a causa de otros sermoneos de sus padres, Alina supo que el coronel y su hijo habían quedado reducidos a la miseria para atenuar en lo posible el desastre causado por su indigno pariente, sintióse fieramente orgullosa de haber inspirado una pasión sincera a tan noble joven. ¡Oh, si ella fuera mayor de edad, reclamaría el derecho de participar en la bella acción que llevaban a cabo Rogerio y su padre! Y él no dudaría, ella lo esperaba. ¡Virgen Santa! si él llegase a dudar; si, desconociendo sus buenas disposiciones, fuera a suponerla con el alma seca, el espíritu estrecho...; si la imaginara insensible al dolor que les atormentaba...

Este pensamiento fue para la joven una tortura insufrible que la indujo, con la más pura intención, a salirse de las reservas que las buenas costumbres imponen a las jovencitas francesas de su edad y condición: a escribir a Rogerio.

Puede suponerse fácilmente lo que ella escribiría. ¿Qué había de ser sino que le amaba, infinitamente más, mucho mas todavía que en aquellos tiempos en que su familia, consentía en sus amores, y que no había de amar jamás a otro? Esto era, por lo menos, lo que parecía desprenderse de la carta, ya que sin recurrir a frases ni galanuras literarias, poco habrían perdido su educación ni su timidez natural, de haber dicho las cosas con precisión y claridad. Y menos mal que no se olvidó de firmar con todas sus letras.

No todos fueron tan severos como el señor y la señora de Tilloy. Alina tenía amigas de su misma edad, que la compadecían; y la mayor parte, sinceramente. Por el hermano de una de ellas, gran amigo de Rogerio, supo que su ex novio, no contento con arruinarse, se había comprometido a liquidar las deudas de su tío, en un plazo determinado, a fin de que no continuase la acción judicial.

En una palabra: había sacrificado su vocacion, su porvenir, su dicha, la paz del hogar, pero aun hizo más: aceptó voluntariamente el destierro a tierras ingratas, cuyo clima era poco favorable a los europeos.

¿Qué se iba a hacer? La señorita de Tilloy sintió nacer en su alma una veneración melancólica y serena por su novio, veneración que no supo contener y expresó en nuevas cartas apasionadas...

¡Dios mío! Recuerdo ahora que dentro del estado actual de nuestras costumbres, estas manifestaciones son quizás algo inconvenientes...

En todo caso, no olvidemos que existían circunstancias atenuantes: Rogerio había sido probado y no merecía tan ruda prueba. Recordemos asimismo que, cediendo a un arranque de sensibilidad, Alina había resuelto continuar soltera, estimándolo como una muestra de fidelidad hacia Rogerio o hacia su recuerdo, si llegaba a perecer alejado de su patria. ¡Jamás, jamás se casaría! Teníase por viuda, y si el clima y las fatigas la separaban de aquel a quien ella estaba segura de amar siempre, pronunciaría votos eternos, se haría hermana de la caridad, dejaría cortar sus hermosos cabellos... sentárale bien o no la blanca toca. Dominada, por esta idea fija, nada le parecía más fácil: esto no había de ofrecerle dificultad alguna.

 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6  7  8  9  10  11  12 
 
 
Consiga La señorita Raimunda de Eduardo Cadol en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
La señorita Raimunda de Eduardo Cadol   La señorita Raimunda
de Eduardo Cadol

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2025 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com