https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Una visita a México por antiguos caminos" de Eduard Seler (página 8) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Sábado 18 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  (8) 
 

Pasamos en el territorio tres meses y lo recorrimos en todas direcciones. Al regresar de Tampico, elegimos el camino que va a Pachuca por la sierra de Huejutla. En el primer tramo se recorre la pendiente de la Sierra Madre, se cruzan diversas lomas y se desciende a los valles que las separan (Candelaria, Huautla). Después de Huitznopala se debe escalar las escarpas de un peñasco que se extiende entre dos profundos valles y luego se sigue por su cresta, amplias cimas y bajos y angostos pasos que las unen, cuesta arriba por senderos tortuosos, pero reanimados por el fresco aire de las alturas y la magnífica vista de los bosques que cubren las laderas. La maravillosa transición de las formas de vegetación que desfila ante el viajero durante la ascensión y lo ilustra de la manera más gráfica sobre los diferentes climas, por así decir escalonados, ya ha sido descripta a menudo y con lujo de detalles. Por esta ruta, el bosque termina poco después de Zacualtipan. Al salir de un pequeño valle lateral, se alcanza el borde de la montaña y el bosque parece haberse esfumado repentinamente. En las planicies en paulatino descenso que se extienden a nuestra vista, no se ven más que cactus, agaves y algún arbusto espinoso. Estamos nuevamente en el altiplano. Por cierto, aquí tampoco se puede avanzar. Es necesario, cruzar por varias gargantas profundas, cuyas aguas fluyen hacia la laguna de Meztitlan. Se llega luego a la meseta de Atotonilco y a la cordillera de Pachuca, de cuyas pendientes la que da al océano está cubierta de bosques y la que da a la meseta se caracteriza por su aridez. Una vez en Pachuca, volvemos a estar en el verdadero altiplano, en los llanos donde se produce el pulque y prosperan las plantaciones de maguey en interminables y uniformes hileras. Precisamente allí, donde se unen el cordón lateral de Pachuca con el ramal principal del ferrocarril de Veracruz, se encuentra el paraíso de la meseta, los llanos de, Apam donde se produce el mejor pulque y desde donde se despachan diariamente convoyes especiales cargados de este material con destino a México.

Realizamos nuestra última excursión de cierta importancia a la tierra de los Zapotecas. Este pueblo desarrolló al Igual que los Mexicanos y los Mayas una de las principales civilizaciones antiguas.

Los Zapotecas viven en la parte meridional del estado de Oaxaca. También allí se puede llegar por diversos derroteros. Si se parte de los Estados Unidos es aconsejable tomar el vapor que sale de San Francisco rumbo a Tehuantepec y Panamá bordeando la costa. Desde la ciudad de México, Oaxaca es la primera meta que se tiene en vista, Conducen a esta ciudad dos carreteras transitadas desde tiempos remotos. Una parte de Puebla y pasa por las montañas de Mixteca. La otra tiene su punto de partida en el borde extremo oriental de la meseta, dominada por el pico de Orizaba, en el preciso lugar donde actualmente el tren atraviesa al altiplano para bajar al llano. De aquí parte un profundo valle longitudinal hacia el sud y luego hacia el sudoeste, que separa los montes Mixteca y Mazateca. Ascendiendo por estas montañas se llega a la meseta de Oaxaca. La carretera citada en último término es la más cómoda y la más frecuentada. Cuenta con un servicio completo de traslado. De la estación ferroviaria Esperanza se llega -a Tehuacán en tranvía de caballos. De Tehuacán a Tecomavaca hay servicio de diligencia y de esta localidad a Oaxaca el viajero es transportado en literas, a menos que prefiera cabalgar. En cada etapa del itinerario hay mesones que reciben una subvención del gobierno y donde se puede rentar una habitación con su característica lona y obtener muy buena atención. De este modo se puede llegar en cuatro o cinco días desde la capital México a Oaxaca.

 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  (8) 
 
 
Consiga Una visita a México por antiguos caminos de Eduard Seler en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Una visita a México por antiguos caminos de Eduard Seler   Una visita a México por antiguos caminos
de Eduard Seler

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com