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La región habitada por los Huaxtecas es un llano irrigado por dos grandes ríos, el Pánuco y sus afluentes Tamiain y Moctezuma y el Tamesí. En épocas remotas también ocupaban los valles comprendidos entre las primeras estribaciones de las montañas, al oeste de Ciudad del Maíz y el borde de la Sierra Madre, que actualmente ocupan los Pame. Pero en el sud, cerca de Huejutla y Tancanhultz, las laderas de la montaña están pobladas en general por indios de habla mexicana mientras que en el llano, vecinos a ellos, están asentados los Huaxtecas. Todo el país es una extensa zona selvática. Los bosques cubren las laderas de las montañas y también pueblan los llanos, hasta donde se puede abarcar con la mirada, y las elevaciones que a la manera de islas emergen de la planicie. En general, es posible distinguir tres tipos de paisaje: las húmedas laderas de las montañas, los tramos que se extienden a lo largo del pie de las mismas, las hondonadas de los ríos y las depresiones en las cuales jamás desaparece del todo el agua acumulada en los períodos lluviosos están cubiertas de una exuberante vegetación boscosa tropical, en la cual juegan un gran papel las higueras y otras trepadoras, mientras que en el monte el bambú constituye la forma, de vegetación dominante. Los valles más abiertos y las zonas llanas elevadas, comprendidas entre las orillas de los ríos, están cubiertas de palmares que ora forman bosques más ralos, ora más tupidos. La especie es una bella palmera (lo abanico de grandes y, vigorosas hojas. En el bosque tupido, el capulín (la guinda mexicana) y el laurel forman un soto entreverado. En los bosques más ralos las palmeras crecen en grupos y los espacios intermedios están invadidos por una hierba alta de color abigarrado (atigrado) y arbustos de acacia. Por último, las mesetas bajas que emergen de la planicie ofrecen la imagen de un parque: un terreno ondulado, en el cual alternan lugares abiertos con una corta franja de hierba y partes pobladas de árboles y arbustos. A éstas se agregan en las regiones cercanas a la costa, vastos prados abiertos con manchas de bosques a la manera de islas, lagunas y pantanos donde crece el mangle. Las localidades mis grandes se encuentran situadas en parte junto a las corrientes fluviales y en parte en la meseta precitada. En el bosque aparecen diseminados numerosos ranchos pequeños. La principal fuente de recursos es la cría de ganado. Equinos, vacunos y mulas pastan libremente en el bosque y sólo de tiempo en tiempo son llevados a los corrales para comprobar su estado de salud. Los vacunos son conducidos en grandes rebaños a Pachuca a través de Huejutla y una vez allí cargados en el tren rumbo a México, cuya principal demanda de carne se cubre con el producto entregado por los Huaxtecas. Por lo tanto, en esta gran ruta el mantenimiento de potreros, predios cercados, constituye una industria especial. Los mercaderes ambulantes pueden dejar pastar en ellos su ganado a cambio del pago de una determinada suma. Se cultiva allí una especie de hierba propia de la Tierra caliente, muy apetecida por el ganado y que una vez sembrado se conserva por un período de diez a quince años. La agricultura es practicada en una medida reducida y sólo por la población autóctona. Cuando los indios de los ranchos circundantes no llevan al mercado maíz, porotos y chili, los habitantes de los poblados se mueren de hambre. En el bosque no se carece de productos útiles. Esconde una cantidad de maderas preciosas y drogas, chico zapote y otros frutales, principalmente naranjos y limoneros silvestres que se dan en grandes cantidades. Por último, el bosque ofrece un inmejorable pienso caballar, un árbol llamado ojite, parecido a la haya europea y cuyo follaje es apetecido por todos los animales. Sin embargo, se hace muy limitado uso de toda esa riqueza. En Tampico hay algunos traficantes que a través de sus agentes buscan en el bosque los árboles de palo amarillo y los hacen talar. Los indios recogen la zarzaparrilla y la envían en cierta cantidad al mercado de Tampico. Y en la zona media elevada existen cafetales aquí y allá. En esencia, esto es todo. Lo notable es que este país que podría abastecer con maíz a medio México, si practicara un cultivo en cierta medida extensivo, lo compra a los Estados Unidos. En el platillo de la balanza gravita negativamente la carencia de mano de obra y la dificultad de practicar la agricultura. En primer lugar, debe procederse al desmonte y los terrenos así ganados al bosque tienen que ser rozados de nuevo, todos los años, pues en esas regiones cálidas y húmedas la maleza crece con exuberancia, y maleza significa árboles y arbustos. Hemos encontrado ejemplos sorprendentes de la rapidez con la que la selva invade zonas otrora abiertas y libres. Por otro lado, no se debe olvidar que las precipitaciones son muy variables y no son pocos los años en los que los sembradíos de los Huaxtecas. se secan por no recibir suficientes lluvias en el momento oportuno. Ahora bien, el agua no escasea en este territorio, pero los ríos corren por lechos más o menos profundos por lo cual resulta difícil instalar dispositivos de riego y dada la general depresión económica nadie tiene coraje ni ganas de proponer soluciones en este sentido. Una producción exigua condiciona un consumo exiguo. No obstante, en cualquier localidad digna de mención se celebra una vez a la semana una feria. Los indios llevan a ellas los comestibles que producen: maíz, porotos, pimientos, piloncillo (azúcar morena), bananas desecadas por ahumado y las manufacturas de su industria doméstica: esteras de hojas de palmera entretejidas, carteras y bolsos de fibra de agave y otras cosas más. A estos mercados concurren también los comerciantes que traen a cuestas sus mercancías desde Tampico en viajes de largos días. Los productos que exponen son: tejidos bastos (mantas), cintas, abalorios, agujas de coser, espejos, adornos baratos y otras bagatelas además: correas, tientos y arreos para cabalgaduras, clavos y toscos productos de hierro. Los negocios de las localidades más grandes también están abarrotados con los mismos objetos. Por lo demás, los principales productos de consumo e importación lo constituyen el aguardiente, el jabón, el petróleo, el vermout de Turín y las sardinas. Las velas se fabrican en el país con el sebo de los vacunos faenados.

 
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Una visita a México por antiguos caminos de Eduard Seler   Una visita a México por antiguos caminos
de Eduard Seler

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