https://www.elaleph.com Vista previa del libro "De cómo un Mujik alimentó a dos generales" de Saltikov Schedrin (página 9) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Miércoles 30 de abril de 2025
  Home   Biblioteca   Editorial      
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  8  (9)  10  11  12  13 
 

-¿Cómo que no? En todas partes hay un mujik, ¡sólo hace falta buscarlo! ¡Seguramente estará escondido en algún sitio para escurrir el hombro al trabajo!

La idea aquella animó a los generales hasta tal punto, que se levantaron de un brinco, como movidos por un resorte, y se pusieron a buscar al mujik.

Estuvieron vagando por la isla largo rato, sin resultado alguno; por fin, un penetrante olor a graznas de centeno y a piel de carnero agria les puso sobre la pista. Al pie de un árbol, panza arriba, apoyada la cabeza sobre el puño, dormía un enorme mujik, eludiendo el trabajo del modo más desvergonzado. La indignación de los generales no tuvo límites.

-¿Conque estás durmiendo, gandul? -arremetieron contra él-. ¡Te importa un bledo que dos generales lleven aquí dos días muriéndose de hambrel ¡Arriba, a trabajar ahora mismo!

El fornido mujik se levantó y vio que los generales eran severos. Quiso poner pies en polvorosa, pero ellos se aferraron a él con toda su alma.

Y el mujik comenzó a actuar ante los generales.

Lo primero que hizo fue subir a un árbol y coger una decena de manzanas, de las más maduras, para cada uno de ellos, y una, ácida, para él. Luego, se puso a escarbar la tierra y sacó unas patatas; a continuación, tomó dos trozos de madera y los frotó uno contra otro hasta que saltó fuego. Después confeccionó un lazo de sus propios cabellos y atrapó una ortega. Por último, encendió lumbre y asó tan gran cantidad de diversas provisiones, que los generales hasta llegaron a pensar si le darían una minúscula parte a aquel haragán.

 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  8  (9)  10  11  12  13 
 
 
Consiga De cómo un Mujik alimentó a dos generales de Saltikov Schedrin en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
De cómo un Mujik alimentó a dos generales de  Saltikov Schedrin   De cómo un Mujik alimentó a dos generales
de Saltikov Schedrin

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2025 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com