https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Intento de escalar el Aconcagua" de Paul Güssfeldt (página 6) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Viernes 17 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  (6)  7 
 

En ese momento se desencadenó la tormenta y puso fin a la discusión, pues los temporales en la montaña no dejan otra alternativa que una muerte segura si se persiste en permanecer en el lugar o una posible salvación si se emprende el regreso. ¿Acaso no habíamos encontrado un esqueleto en el Valle de los Penitentes? ¿Y los otros dos esqueletos a 2.500 m no estaban señalando el lugar donde la. lucha entre el hombre y la naturaleza inanimada había quedado decidida a favor de esta última? En la pendiente de la cúspide del Aconcagua la mano del temporal había esbozado nuestro momento: nuestra esperanza no debía subsistir, habíamos sido considerados indignos de semejante empresa.

Doblegados por la necesidad, decidimos volver sobre nuestros pasos y escapar de un peligro que justificaba la retirada. La niebla no era aún tan densa como para no poder reconocer los alrededores más cercanos. Si llegaba a empeorar el tiempo quedaría excluida la posibilidad de encontrar el camino correcto. De producirse ese fenómeno hubiéramos muerto en aquel páramo, como murieron tantos guías alpinos en sus propias montañas a las que tan bien conocían, en medio de la nieve y la niebla.

Con asombrosa celeridad cubrirnos el camino cuesta abajo, lo cual prueba que nuestras fuerzas no estaban agotadas aún, sino inhibidas por la atmósfera enrarecida. Por cierto, nos favorecían las condiciones del terreno que nos hacía juzgar superfluas medidas de seguridad especiales. Cuando se da tal terreno en una ladera se puede calcular que el descenso demanda una quinta o sexta parte del tiempo demorado en la ascensión, al menos en esas altitudes de 5.000 a 6.500 m- La tarea más penosa comenzó al atravesar el gran ventisquero del Aconcagua. Por cierto, la superficie semejante a un campo roturado nos hizo pasar horas muy amargas. Lo que son los surcos de carreta en la superficie de las calizas dolomíticas, eran esas nevizas en comparación con otros ventisqueros. Constantemente, se nos hundían los pies en el hielo y sacarlos de los pozos nos costaba enorme esfuerzo y dolor ya que nos aquejaba todavía la respiración jadeante de las altas cumbres. Es un hecho que vale la pena mencionar. Ya en el vivac, a pesar de un sistema de respiración normal, seguía jadeando como no lo había hecho antes del escalamiento.

 
Páginas 1  2  3  4  5  (6)  7 
 
 
Consiga Intento de escalar el Aconcagua de Paul Güssfeldt en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Intento de escalar el Aconcagua de Paul Güssfeldt   Intento de escalar el Aconcagua
de Paul Güssfeldt

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com