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Otro
campo en el que los resultados nos indujeron a pensar que ya teníamos en nuestra
mano la victoria, fue el de la paternidad responsable. Afortunadamente nuestra
capacidad operativa cuando nos cayó encima esa terrible bomba de la Humanae vitae era bastante fuerte, hasta
el punto de que increíblemente la pudimos neutralizar y hacerla pasar
desapercibida para generaciones de católicos. Aún hoy son muchos los que nunca
han escuchado hablar de semejante y espantoso documento. Y no sólo eso, puede
parecer que esa batalla está ganada porque en la actualidad no son pocos los que
incluso dentro de la misma Iglesia Católica piensan que nadie hace caso a esa
enseñanza y que por la insistencia en tal doctrina se ha producido una
desafección inmensa de católicos que han abandonado de hecho su pertenencia a la
Iglesia. Bien, hasta cierto punto eso puede ser así. Y reconozco la estupenda
labor que se ha desarrollado en ese sentido. Pero no podemos olvidar que el
polaco dedicó mucho tiempo y muchas catequesis a insistir en la verdad de esa
enseñanza afirmando que la anticoncepción es siempre un mal y que nunca podrá
por ninguna razón ser justificada. En numerosas ocasiones se ha dirigido a
obispos y sacerdotes en ese mismo sentido, y lamentablemente son muchos los que
le han hecho caso y ahora enseñan la doctrina de la Humanae vitae. Esto ya nos lo veíamos venir.
Nuestros agentes descubrieron sus intenciones de crear el "Instituto Juan Pablo
II de Estudios para el Matrimonio y la Familia". Tuvimos que actuar con rapidez
y urgencia. El trece de mayo de 1981 iba a dar públicamente la noticia. Ese día
conseguimos que Alí Agca le disparase. Pero como ya he dicho, hay situaciones en
las que no logramos todavía ser capaces de neutralizar las acciones del enemigo,
y nuestro plan no obtuvo el resultado deseado. El "Instituto Juan Pablo II de
Estudios para el Matrimonio y la Familia" fue creado y hoy en día cuenta con
sedes en multitud de sitios donde se estudia y difunde la enseñanza de la Humanae vitae. Ya se que entre ustedes
hay quienes piensan que este es un aspecto de relativa poca importancia. Creen
algunos que son más provechosas nuestras iniciativas en el control de las
Naciones Unidas, en el fomento de guerras, tráfico de drogas, seguir manteniendo
países en el subdesarrollo, etc. Pero les puedo asegurar que se equivocan. Los
mayores éxitos con los que hoy contamos los debemos al hecho de haber podido
contrarrestar el pernicioso mensaje de la Humanae vitae. Por eso el polaco ha
dedicado tanto empeño desde el principio de su pontificado a insistir sobre esta
cuestión. De modo que no sean ingenuos desviando su atención de algo de tanta
importancia. Por ahora, el grueso de las tropas enemigas aún no ha despertado
del letargo y no ha reparado en esta cuestión. Incluso aún ahora nos podemos por
el momento seguir anotando puntos porque siguen existiendo muchos católicos a
los que los mismos sacerdotes les dicen que la anticoncepción es algo bueno y
normal. Pero me temo que si no ponemos remedio antes, llegará el momento en que
despertarán y no podremos seguir manteniendo por más tiempo el engaño. Hemos
conseguido con nuestra estrategia que descienda drásticamente el número de
europeos. Nuestro plan de invadir el cristianismo haciendo que desaparezcan los
cristianos por la vía de reducir la natalidad ha reportado sensibles resultados
positivos, pero no podemos aún darnos por satisfechos y hay que seguir muy
alerta en este tema. No en vano si hoy se abren hermosas expectativas ante
nosotros, impensables hace apenas unos pocos años, como la manipulación
genética, la extensión y generalización de la eutanasia, toda la gama de
posibilidades de la clonación, etc., ha sido posible, insisto, por la
neutralización de la encíclica Humanae
vitae. Y por si no bastara todo cuanto ha hecho por difundirla y defenderla,
el polaco ha ido aún más allá con otro documento bomba que es la encíclica Evangelium vitae. En dicho documento,
todos sabemos, que llega ha hacer afirmaciones tan rotundas como las siguientes:
"Por tanto, con la autoridad que Cristo
confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los Obispos -que en
varias ocasiones han condenado el aborto y que en la consulta citada
anteriormente, aunque dispersos por el mundo, han concordado unánimemente sobre
esta doctrina-, declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como
medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de
un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la
Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y
enseñada por el Magisterio ordinario y universal. Ninguna circunstancia, ninguna
finalidad, ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es
intrínsecamente ilícito, por ser contrario a la Ley de Dios, escrita en el
corazón de cada hombre, reconocible por la misma razón, y proclamada por la
Iglesia".
¿Se
dan cuenta? No se puede denunciar con más claridad la maldad del aborto. Pero es
que además también hace lo mismo en relación con la eutanasia cuando dice: "De acuerdo con el Magisterio de mis
Predecesores y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que
la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación
deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se
fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por
la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y
universal".
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