El itinerario que traza el libro de
Lukács es el que va de la dialéctica del espíritu a la
dialéctica del proceso social. Quiere mostrar concreta e
históricamente qué parte han tenido en la forma más alta de
la filosofía burguesa, en la dialéctica idealista de Hegel, las
contradicciones de la sociedad capitalista. No deja, sin duda, de ser un acierto
de Lukács el llamar la atención acerca del hecho significativo
que, para el interés del Hegel del período juvenil, no ha sido un
dominio extraño el de los procesos sociales de su época. Ya
Theodor L. Haering, en su obra, exhaustivamente documentada (en el concienzudo
examen de los manuscritos de ese período), sobre la intención
especulativa y el desarrollo cronológico del pensamiento de Hegel, nos
dice que "si se examinan sus manuscritos póstumos, podemos notar, en
la historia de la juventud de Hegel, no obstante la universalidad con que
él ya se orienta en casi todos los dominios de la realidad, ciertamente
desde el comienzo un interés enteramente especial por la peculiaridad del
ser y del devenir en el dominio espiritual, sobre todo por la historia del
espíritu y de la cultura de toda especie. Con preferencia considera en la
época más temprana, ante todo, fenómenos del acaecer
espiritual supra-individual: de las religiones, pueblos y Estado, del Derecho,
de la economía y la sociedad y del arte...".
El influjo de la Fenomenología ha
sido múltiple y fecundo en el dominio propiamente filosófico, en
el de la lógica especulativa y en el de las ciencias del espíritu y de la cultura (históricas). Han arrancado de la Fenomenología, o la han tenido implícitamente en cuenta, casi todos los esfuerzos contemporáneos que se han propuesto una renovación de la dialéctica. É incluso cuando por motivos especulativos puros se ha llevado de preferencia el interés a la concepción hegeliana de la Lógica, también en este caso ha debido reconocerse que, para comprender el proceso dialéctico de la metafísica hegeliana, el antecedente imprescindible lo constituye la Fenomenología. Así, G. Gentile, al insistir en la necesidad de estudiar la Lógica de Hegel, afirma categóricamente que para ello "conviene retomar el estudio de la Fenomenología, sin la cual aquélla es una esfinge cuyo enigma no podrá jamás develarlo ningún Edipo".
La permanente actualidad de los temas medulares de Phänomenologie des Geistes, así como el interés que suscita el genial enfoque de los mismos, es índice elocuente de la vitalidad de la obra y de la prospección de su pensamiento.
En la Fenomenología del
Espíritu, Hegel expone el fenómeno del espíritu, en lo principal, como fenómeno de conciencia. Hay un estado del espíritu en el que éste, como espíritu individual, está referido a un objeto; es lo que Hegel llama conciencia.