Capítulo 1.
Discurso al Consejo Superior de Diablos
La escena tiene lugar en el
infierno, en la reunión que cada cincuenta años tiene el Consejo Superior de
Diablos con todos los representantes y delegados de los Demonios de las
distintas áreas y secciones, regionales y nacionales, que componen la Junta
General Extraordinaria y en la que corresponde al Presidente de dicho Consejo
rendir cuentas e informar a todos los presentes de los resultados obtenidos
hasta el momento actual.
Distinguidos
colegas y odiados miembros del Consejo; desgraciados representantes y delegados
demoníacos; pestilentes y aborrecidos diablos todos.
Con
sumo gusto tomo la palabra para hacer balance de la gestión de estos últimos
cincuenta años. Como muchos de los presentes recordarán, hace ya tiempo tuve
ocasión de escuchar a nuestro admirado Diablo Screwtape[1] proponer un
brindis magnífico el día de mi graduación en la Academia de Entrenamiento de
Tentadores para jóvenes Diablos[2]. Han pasado ya
algunos años y tengo que reconocer que aquellos consejos que salieron de la
viperina lengua de nuestro añorado Screwtape, me han servido siempre de
constante estímulo a lo largo de mi trayectoria hasta llegar el día en que los
miembros del Consejo decidieron unánimemente hacer recaer sobre mi soberbia
persona la responsabilidad de la Presidencia.
[1]
En la traducción castellana de
la obra de C. S. Lewis Cartas del diablo a su sobrino, el nombre del
diablo, Screwtape, ha sido transcrito como Escrutopo.
[2]
Cf. C. S. Lewis. El
diablo propone un brindis.
Rialp
1993.